A María una turba la dejó sin sustento para su familia

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    María Hidalgo perdió su trabajo. En medio de las protestas y la anarquía que vive Venezuela, unos vándalos arrasaron con el restaurant que tenía a su cargo. La turba se apropió de todo, incluso del único ingreso estable que la sostenía a ella y a ocho de sus familiares.

    “Llegó un grupo como de 40 personas”, cuenta. Fue el 20 de abril, cerca de las 10 de la noche. En las horas previas hubo caos en las cercanías. El enfrentamiento entre fuerzas del orden y manifestantes que se oponen al gobierno del presidente Nicolás Maduro, mantuvo ese día en vilo a gran parte de la capital venezolana.

    María cuenta que se enteró por una llamada que le hizo otro de los trabajadores.  Dice que las primeras personas llegaron en moto y vestidas de negro. Derribaron la puerta de entrada y se fueron sin robarse nada. “Ellos mismos llamaron a la gente del barrio para que viniera a llevarse las cosas”.

    Arriba, en el cerro,  donde vive con su familia, hubo llanto esa noche. Y al día siguiente también, cuando comprobaron los destrozos.  La melancolía no deja a esta mujer de 40 años. Su sueldo era el único ingreso estable para ella, sus dos hijas, su yerno, sus tres nietos, su sobrino y su marido.  Lo que más le preocupa es la comida, en un país donde la escasez y los altos precios han cambiado los hábitos de mucha gente.