A pesar de la crisis en Venezuela todavía queda emprendimiento

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    Carlos Guerra y Gisela Arrabal son dos emprendedores. Decidieron no migrar, pese a la crisis aguda que atraviesa Venezuela, y emprender un proyecto que tenga tres aspectos: que sea creativo, ofrezca algo a la gente y les genere ingresos.

    Con estas tres premisas Guerra comercializa agendas, llaveros, collares y ropa con diseños específicos; siempre enfocados en el arte del tattoo, para tratar de eliminar los prejuicios sobre las personas tatuadas, quienes, según el joven son juzgadas y excluidas por la sociedad.

    Amarrabal, por su parte, comercializa artículos para el cuidado de la barba, desde aceites y jabones hasta peines para retocarla. Todos los productos son completamente artesanales, por tanto, es la primera marca en el país que se enfoca en esta nueva tendencia masculina