La «Navidad de los pobres» fue un reconocido film del cine argentino de la década del 40. Siete décadas más tarde, en la Isla Maciel, la realidad supero a la ficción.
Lejos de enloquecer por las rebajas de vísperas de las fiestas, pero ponderando la solidaridad por encima del consumo y valorando lo emocional por sobre lo material, la peligrosa villa, del sur de Buenos Aires, nos da una lección de vida para entender a la Navidad en tiempos de necesidad.
Cae el sol en la famosa «Maciel», casi al mismo tiempo que un improvisado Papá Noel se viste de azul y celeste para brindar el momento más esperado por los nenes del barrio, luciendo los colores del club que mejor los representa: el Atlético San Telmo. El gordo» Ricardo se dispone a cargar un bolsón lleno de voluntad y cooperación.
Una veintena de nenes aguardan, ansiosos, por el regalo más preciado, ese que no protagonizó ninguna carta dirigida al «verdadero» Papa Noel pero que seguramente llenará de satisfacción a cada uno que lo reciba.
«Acá nadie exige nada, se conforman con una golosina, un juguete usado o una pelota para compartir entre 20, los chicos tienen necesidades y somos los grandes los responsables de darle felicidad».