El 25 de enero de 1997 se produjo el asesinato que marcó al periodismo argentino. Habían matado al fotógrafo y periodista José Luis Cabezas por retratar al poderoso empresario postal Alfredo Yabrán, quien siempre se mantuvo en las sombras.
Pocas horas antes de su asesinato, Cabezas había estado cubriendo una fiesta en una casa ubicada en la Costa Atlántica de Buenos Aires. Por la tarde del 25 de enero de 1997 el cadáver calcinado del fotógrafo apareció esposado y con dos tiros en la cabeza dentro de un automóvil prendido fuego.
Después del homicidio todas las miradas y las sospechas cayeron en Yabrán. «Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente», sostenía el empresario en su circulo íntimo. Un año antes, Cabezas lo había retratado junto a su mujer caminado por la playa. Según declaró la esposa del fotógrafo, después de esa foto recibieron muchas amenazas telefónicas en su domicilio.
A partir de esa imagen emblemática que fue publicada en la revista Noticias, Yabrán pasó de ser un desconocido para la sociedad Argentina a ser catalogado como uno de los empresarios más beneficiados en sus negocios por el ex presidente Carlos Menem. Ahora todos lo reconocían. Los investigadores sospechaban que Yabrán había sido el autor intelectual del asesinato pero nunca se logró comprobar su culpabilidad. El 20 de mayo de 1998 Yabrán se suicido.
Tras años de investigación, en el 2000 la Justicia condenó a prisión perpetua a Gregorio Ríos (Jefe de Seguridad de Yabrán) y los policías de la provincia de Buenos Aires, Sergio Camaratta; Aníbal Luna, Gustavo Prellezzo y Alberto Gómez (titular de la comisaria de la zona en donde fue asesinado Cabezas). Este hecho fue llevado a cabo con la complicidad de muchos integrantes de la policía de la Provincia quienes quisieron ocultar la culpabilidad de los miembros de su fuerza. En esa época en Argentina a la policía provincial se la llamaba La maldita policía.
Actualmente ninguno de los condenados esta en prisión efectiva.
La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), en un comunicado, destacó que «se hace imposible no recordar aquel 25 de enero de 1997 en donde secuestraron, torturaron, dispararon dos balazos en la nuca y prendieron fuego, aún con vida, a nuestro compañero».
«Quizá suene un poco duro, pero así fue como sucedió. No fue otra vida, fue esta. Es el peor atentado contra la libertad de expresión en democracia y es, sin duda alguna, una clara violación a los Derechos Humanos. No solamente hacia José Luis sino hacia la sociedad toda, porque fue asesinado en el ejercicio de su profesión: periodista», subrayó.