Las Cataratas de Iguazú, ubicadas en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay y consideradas como una de las Siete Maravillas Naturales del mundo, se enfrentan en la actualidad a los peligros de la acción humana y del cambio climático.
Entre lluvias torrenciales y sequías fuertes, extinción de especies y sobrepoblación de visitantes, las mundialmente famosas caídas de agua del río Iguazú se ven acechadas en el equilibrio de su naturaleza, lo que en un futuro podría sencillamente desaparecerlas.