Los venezolanos de las clases media y baja tienen una mayor dependencia socio económica con la administración de Nicolás Maduro a través de los bonos, entre ellos el de Pueblo Soberano por 75.000 bolívares cancelado desde el viernes.
Ante la crisis del país, la falta de transporte y un salario que no cubre los gastos esenciales, muchos se quedan en casa esperando el bono y la caja o bolsa de los CLAP, deploró el sindicalista Manuel Rondón.
El coordinador de la Coalición Sindical Nacional agregó que más de 40% de los trabajadores activos del sector público y privado, respectivamente, e inscritos en la página patria está pendiente del sorteo de los bonos especiales del gobierno como vacaciones, Semana Santa, Carnaval e Independencia, entre otros.
Se trata, destacó, de compensar el bajo ingreso pues la mayoría de los trabajadores formales en Venezuela gana un salario mínimo de 40.000 bolívares mensuales y el ticket alimentación de 25.000 bolívares al mes, equivalentes a 2 dólares 1,1 dólares. En el caso de los pensionados del Seguro Social la situación es más dramática, pues solo devengan un salario mínimo, dijo.
Un adulto mayor de 70 años de edad, que hacía cola el sábado en una entidad bancaria habilitada, indicó: Lo del bono no es mucho, pero hay que agarrar aunque sea fallo, pues la pensión no alcanza.
Otra pensionada por discapacidad se quejaba del monto fijo (16.000 bolívares al mes) que recibe por el bono José Gregorio Hernández y para el cual le exigen regularmente entregar un informe del médico especialista que cobra por la consulta veinte veces más.
Uno de los seleccionados para recibir el Pueblo Soberano, cuya edad es de 46 años, contó que está sin trabajo hace más de un año, pero en su familia de 6 miembros varios reciben el bono. Nos redondeamos entre 300.000 y 400.000 bolívares mensuales más la bolsa CLAP.
Rondón indicó que el bono no beneficia al trabajador porque no tiene incidencia en los salarios ni en las prestaciones sociales. En Venezuela, históricamente los sindicatos siempre se oponen a los bonos, sin embargo, ahora esa distorsión impera en las relaciones laborales, dijo.