Colonia Sinai espera que el Vaticano analice a la Virgen que llora

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    Los habitantes de la colonia Sinaí, en el violento municipio mexicano de Acapulco del estado de Guerrero, aguardan con expectación el resultado de un análisis que la Iglesia Católica realiza a una efigie de la Virgen María que, de acuerdo con su propietaria, ha derramado lágrimas recientemente.

    La señora María Guadalupe Hernández contó que el 10 de diciembre pasado se encontraba preparando una velada con la figura de la Virgen cuando su esposo le dijo que había sido contratado para tocar música en un evento.

    «Entonces yo le dije ‘¿Cómo es posible que prefieras irte a tocar y no estar con nuestra madre?’ Y me dijo que un amigo ya se había contactado con él y tenía que salir. Entonces yo a las doce del día me paré en el altar frente a ella y hablé con ella. Termino de hacer mi oración y regreso a ver a la morenita, y fue en ese momento cuando vi cuando ella derramó sus lágrimas», refirió.

    La mujer confesó que para ella fue «algo muy fuerte» porque ya tiene unos seis o siete años con la figura y nunca le había pasado algo similar. «Es un regalo que Dios me ha mandado, no sé porqué, no sé qué sigue atrás de esto. Pero, bueno, esperemos», dijo.

    Narró que después de eso la imagen volvió a llorar los días 11 y 12 de diciembre, y que ella le avisó a un vecino para que viniera a verla. «Le dije ‘Max, pasa y ve la Virgen. Mira, no sé si yo esté mal. No le quiero avisar a la gente para que no haya malas interpretaciones'», contó Hernández.

    «Resulta que ya después empezamos a hablarle a la gente, a decirles que vinieran a ver a la Virgen, si realmente yo estaba bien en lo que estaba viendo. Y fue ahí cuando nos dimos cuenta de que era la realidad», abundó.

    Para esta devota católica, lo que la Virgen quiere «es que nosotros tengamos armonía como vecinos, como mexicanos». Narró que incluso en su barrio, donde ha habido «muchos difuntos», hay «hermanos que son de otras religiones y han venido a verla, y hasta le han tomado fotos».

    «Yo espero que nuestra madre la morenita le toque el corazón a cada uno, porque a ella no la podemos engañar. Me pueden engañar a mí, pero a la morenita no la podemos engañar, nadie», acotó.

    A su vez, una mujer llamada Fabiola Rodríguez, quien acudió a ver la efigie, dijo que su sentir es que la Virgen «está llamando a todos».

    «Mucha gente ha llegado de aquí, y de fuera. Ella llora por sus hijos. Ella lo que quiere es que haya mucha paz», manifestó entre llantos.

    Por su parte, el sacerdote Juan Carlos Flores, párroco del barrio de Tambuco, dijo que el lunes al mediodía la imagen fue trasladada con el consentimiento de la familia de Guadalupe Hernández a la parroquia con jurisdicción en el caso, que es la del Perpetuo Socorro, en la colonia Emiliano Zapata.

    «Allí el párroco, el padre Octavio Gutiérrez Pantoja, quien es vicario episcopal para la ciudad de Acapulco, es en este caso quien tiene la autoridad para resguardar la imagen», expuso.

    La figura, añadió, «va a estar en observación para poder dar una explicación coherente y hasta, si se puede, científica de qué es lo que está sucediendo».

    El religioso se mostró cauto en cuanto a su interpretación de los hechos. «No se trata solamente de dejarse llevar por un sentimentalismo, porque podríamos ser acusados de manipular el sentimiento religioso. Antes que nada respetamos, por eso no podemos adelantar ningún juicio», declaró.

    «Va a estar en observación, no está al culto público, para analizar de qué se trata y poder dar una palabra certera para todo el pueblo de Dios que está esperando una respuesta», enfatizó.

    Precisó que durante poco menos de un mes la imagen no va a estar a la vista, e hizo un llamado «a la cordura, a la oración» y a esperar el resultado del análisis.

    Con todo, reconoció que para la Iglesia «este suceso concreto no se niega ni se afirma», y sostuvo que la cuando la Virgen se manifiesta «es para nuestro bien”.

    «La Virgen tiene el mismo corazón de Jesucristo, un corazón de esperanza, un corazón de redención, un corazón de paz, de la que estamos tan necesitados», acotó.

    Y la paz es un anhelo comprensible. El estado de Guerrero, en el sur de México, es considerado uno de los más violentos de México y en 2014 fue escenario de la desaparición de 43 estudiantes en el municipio de Iguala, el más sonado de numerosos crímenes en los últimos años.

    A su vez Acapulco, en la zona más turística de Guerrero, se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Desde hace varios meses se encuentra en medio de una batalla entre células de diferentes cárteles de la droga que luchan por el control de la plaza.

    Según un reciente estudio de la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, el municipio de Acapulco es el más violento de México, con una tasa de homicidios de 104,62 por cada 100.000 habitantes, la más elevada a nivel nacional.