El guardameta español, Iker Casillas, abandonó el hospital CUF Porto donde fue atendido de emergencia la pasada semana tras sufrir un infarto agudo al miocardio.
«Buenos días, yo con el Corazón Contento y vosotros???» escribió en su cuenta de Twitter. Minutos después, el campeón del Mundo con la selección española declaró en las puertas del centro asistencial que no sabe qué será del futuro pero que «lo más importante es estar aquí».
El jugador, que salió del centro médico de la mano de su esposa, Sara Carbonero, agradeció todo el apoyo recibido estos días y consideró que «había que esperar» y «dejar que el corazón, el cuerpo y la cabeza se asienten».
«Fue algo que puede suceder en cualquier momento a cualquier persona, me tocó a mí», dijo Casillas, que cumplirá 38 años este mes, y reconoció que tuvo «mucha suerte»: «Puedo contarlo, lo podéis ver».