Diego Vallejo, un exasesor del departamento de transparencia del Gobierno de Ecuador, declaró que el presidente Rafael Correa tenía pleno conocimiento de la corrupción de su hermano. Además, el exfuncionario ecuatoriano dijo que él se encargó de investigar todas las empresas que Fabricio Correa abrió en distintos países para cometer fechorías y enriquecerse. «El presidente sabía perfectamente todo lo que hacía su hermano, mucho antes de que los periodistas develaran el caso», aseguró. Los contratos y subcontratos de las empresas relacionadas con Fabricio Correa con el Estado ascenderían a más de $700 millones de dólares.
Vallejo, asilado político en EEUU, reveló que Correa también era el encargado de encubrir las actividades ilícitas de sus familiares, y de la élite más alta del gobierno de Ecuador.
El presidente Correa dijo en su momento que su relación con Fabricio era distante, que siempre ciriticó sus empresas, que no le permitía visitarlo en el Palacio (de gobierno) de Carondelet y que el mentado libro no debió haberse llamado «El Gran hermano», sino «El mal hermano». En una ocasión el presidente ecuatoriano preguntó «¿yo qué culpa tengo de tener un hermano así?» y con respecto a sus pretensiones de candidato, afirmó «todo el mundo sabe ese desequilibrio que tiene mi hermano».
