Cuando la voz de mi mamá suena como la de un robot

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    Hace unos años, a Rosario Chinchayán le extirparon la laringe a causa de un cáncer. Ella perdió la voz por completo, pero no para siempre. A continuación, Rosario comparte su valiente historia con HispanoPost.

    Cuando Rosario se entera que era necesario extirpar las cuerdas vocales para seguir con vida, no comprendía absolutamente nada. Le rondaban preguntas y pensamientos envueltos en miedo. ¿Qué pasaría con sus hijos, su familia, su vida laboral? 

    Las personas laringectomizadas no sólo pierden la voz, en algunos casos también el sentido del gusto y del olfato. La apariencia física también se altera. Respiran, estornudan y tosen a través de un orificio en el cuello el cual es cubierto con pañuelos especiales. Deben reaprender a comer, a beber.

    Rosario nos cuenta que en aquel momento todo era muy confuso y nada de lo que sucedía a su alrededor tenía sentido. Sin embargo, la posibilidad de volver a hablar existía. 

    Es así que con la ayuda de  un aparato llamado laringófono, que convierte en sonido las vibraciones que produce al intentar hablar, Rosario vuelve a tener voz pero con un timbre distinto. Tuvo que aprender a hablar por segunda vez. 

    Cuando Rosario escuchó su nueva voz, no la reconoció: “Sonaba como la de un robot.” Ella no aceptaba el cambio, temía que sus dos pequeños se asustaran al escuchar su voz robotizada. 

    Cuando volvió a casa, tras la primera sesión con el laringófono, no quiso hablar por temor. Pero al contrario de lo que esperaba, sus hijos saltaron de alegría al escucharla y la alentaron para que intente hablar. Cuando Rosario logró emitir sus primeras palabras, sus hijos gritaron: “Mamá habla, mamá habla”. Su hija mayor le susurró a su hermanito entusiasmada: “Escucha la voz de mamá, suena como la de un robot.”

    Tal como nos cuenta Rosario, “volvió la paz”. Estaba viva, podía hablar y tenía la oportunidad de seguir luchando por sus metas y por  su familia. Tenía la seguridad de que saldría adelante. “Al final del túnel oscuro había una luz hermosa que esperaba”, asegura.

    Rosario es economista y actualmente labora para el Ministerio de Educación del Perú, es integrante del equipo que monitorea la ejecución de los proyectos de inversión pública en infraestructura educativa del país. También  guía a personas laringectomizadas en el proceso de rehabilitación para que puedan retomar sus vidas cotidianas. Este año ha sido condecorada con la Medalla de Honor al Mérito como mujer Miraflorina en la categoría “Esfuerzo y Superación Personal”, por su maravillosa historia de vida.