La población venezolana en la actualidad sobrevive a una de las principales crisis que ha atravesado en su historia y hasta que no exista un desenlace político, las calamidades en la economía y en el ámbito social seguirán persistiendo.
Según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), elaborada por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar, 51% de los hogares venezolanos se encuentran en estado de pobreza.
La socióloga e investigadora de la Universidad Católica Andrés Bello, María Gabriela Ponce, explica que los hogares han tenido modificaciones importantes en sus estándares de vida, en empleo y protección social, educación, servicios y vivienda.
De este 51% de hogares pobres que tiene el país, 43% se ha visto obligado a modificar su estándar de vida, y los problemas que más le han afectado son el deterioro de los servicios de electricidad, agua y saneamiento, precisó.
Precisó que el tema de la pobreza también trae consecuencias como la deserción escolar, en todos los niveles educativos.
Solamente la mitad de los niños, niñas y jóvenes escolarizados asisten regularmente a escuelas y liceos. De la otra mitad, 28% no asiste a clases porque les falta el agua, un 22% por la falta de comida, 15% porque no tienen un suministro eléctrico constante o carecen del mismo, n 13% porque en los planteles no les dan alimentación y 17% porque no tiene transporte para trasladarse a los centros educativos, precisó la investigadora interpretando los últimos datos publicados de la encuesta Encovi.
Tres áreas que requieren acción
La firma encuestadora DatinCorp reveló en un estudio que las tres áreas que requieren una acción y respuesta urgente por parte de los sectores políticos del país son: la economía, la salud y los servicios públicos.
Del total de encuestados, 26% considera que se debe atender de manera inmediata el problema económico que acaba con la capacidad de compra de los venezolanos. 25% opina que la crisis en el sector salud debe ser atendida con prioridad y 18% insiste que deben aplicarse mejoras a los servicios públicos con urgencia.
El estudio también revela como problemas que deben ser atendidos en el país, la corrupción, la seguridad ciudadana y la crisis emocional que puedan atravesar los venezolanos.
La falta de respuestas
El Observatorio de Conflictividad Social, en su informe del primer semestre de 2019, documentó 10.477 protestas durante el primer semestre de 2019, equivalente a un promedio de 58 diarias.
Esta cifra representa un incremento de 97% en comparación con el mismo período de 2018 y 112% en relación con 2017.
El balance realizado por el OVCS durante el primer semestre de 2019 pone en evidencia la gravedad de la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela y como los derechos humanos de los ciudadanos son cada vez más vulnerados, sin que existan mecanismos efectivos para su reivindicación.
El colapso de los servicios públicos, el acceso a medicinas e insumos médicos, alimentos, entre otros factores, agudizó de manera acelerada e insostenible la crisis venezolana. La situación humanitaria requiere atención urgente. La ayuda que ha ingresado hasta el momento es insuficiente frente a las necesidades de la población, por lo que las autoridades deben avanzar hacia una respuesta coordinada con órganos técnicos especializados, para resarcir la afectación a los derechos sociales y que los venezolanos puedan ver garantizado un nivel de vida adecuado y digno, sentencia el informe.
Migración forzada
Ante la falta de respuestas por parte de las autoridades para resolver los problemas de los venezolanos, muchos ciudadanos han decidido salir del país, teniendo como objetivo fundamental mejorar la calidad de vida personal y de su núcleo familiar.
Según la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela dirigida por la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), para el 5 de agosto de 2019 se han contabilizado un aproximado de 4 millones 296 mil 777 venezolanos en estatus de refugiados y migrantes.
Una ciudadana venezolana quien se encuentra en Colombia y que pidió a HispanoPost no revelar su nombre, para no preocupar a su familia que todavía se encuentra en Venezuela, confirmó que salió del país porque ya la situación era insostenible.
Es duro dejar tu casa, dejar tus comodidades, es duro vivir la incertidumbre de no saber qué te vas a enfrentar, pero me vi en la obligación de hacer algo para poder ayudar a mi familia. No es posible que todos en mi casa somos profesionales y en algunos momentos ni siquiera teníamos para comer. En Colombia se me ha hecho bastante difícil, pero ya tengo residencia y permiso de trabajo, pero no me desempeño en lo que estudié en Venezuela. Sin embargo, con el trabajo que tengo me alcanza para enviar dinero a Venezuela y poder ayudar a mi familia a vivir un poco mejor, comentó.
Asegura que le gustaría que existiera un cambio de gobierno y de condiciones, lo más rápido posible, para poder retornar al país y ayudar en la reconstrucción.
La esperanza es lo último que se pierde y yo espero pronto regresar a Venezuela para ayudar a reconstruir lo que por 20 años destruyó la política, no será fácil, pero por lo menos sé que lo hago en la tierra donde nací, dijo.
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