Desconozco, pero puedo imaginar las razones por las que María Conchita Alonso decidió volver a Venezuela en 1994 para hacer una telenovela. Para la fecha ya había realizado algunas películas en Estados Unidos. Trabajó con Robín Williams en Un ruso en Nueva York (1984) de Paul Mazursky. También había realizado The running man (1987) que protagonizó junto al muy popular Arnold Schwarzenegger, además de otros trabajos de importancia en Hollywood.
Hacía poco tiempo que se había ido del país buscando ampliar su carrera. Lo había conseguido cuando decidió regresar para filmar una telenovela en RCTV.
Radio Caracas Televisión era para ese entonces uno de los canales más importantes de Venezuela. Suena como historia antigua, pero no fue hace tanto tiempo cuando RCTV transmitía telenovelas que realizaba en conjunto con su productora asociada Coral Pictures C.A.
Para la realización de Alejandra, que así se llamó aquella telenovela original de Delia Fiallo, el canal contrató a un actor argentino poco conocido en el país, pero que ya para la fecha había aparecido en una película junto al para ese entonces también anónimo Ricardo Darín.
Jorge Schubert, el coprotagonista de Alejandra actuó en Perdido por Perdido (1993) de Alberto Lecchi un año antes de llegar a Venezuela para filmar este melodrama con María Conchita Alonso.
La trama de Alejandra, la historia de amor de dos médicos al estilo Delia Fiallo, se desarrollaba en Caracas. La protagonista vivía en Monte Piedad, 23 de Enero. En la telenovela se podían ver los viejos edificios de aquellos bloques de apartamentos caraqueños como un paisaje reiterativo. Monte Piedad era casi un personaje más al que se hacía referencia de forma constante en la trama, tanto con imágenes como con alusiones directas.
Más allá del argumento amoroso, cargado de lágrimas, un melodrama apegado al género tal y como se realizaba en la época: buenos y malos, protagonista virginal, hombre mujeriego, hijos abandonados, embarazo y final feliz, el contexto social era muy importante para la historia.
Se hablaba de pobreza, de desnutrición infantil y otros temas relacionados con el acontecer venezolano de la época. Las referencias eran muy generales, pero se mantenían presentes durante toda la telenovela.
Hay que tomar en cuenta que la década de los noventas estuvo marcada en la televisión venezolana por la realización de telenovelas sociales siendo Por estas calles (1992) la más exitosa.
No obstante, más allá de esos inconvenientes narrados, en Alejandra aparece una Caracas diametralmente opuesta a la que ahora conocemos.
En aquella del ya lejano año 1994 hay vida nocturna, pobreza, pero plena de servicios públicos (si se filma algo parecido en esta época habría que destacar los apagones, la falta de agua, las limitaciones con el gas y un largo etc), hay además perspectiva de futuro relacionado con el desarrollo (o las esperanzas de desarrollo que se menciona constantemente cuando se hacen referencia a esa actualidad) del país, hospitales con limitaciones (la telenovela usó como escenario alguno), pero no en condiciones paupérrimas.
Venezuela era en los noventas un país latinoamericano con sus dificultades, pero con perspectivas de desarrollo y crecimiento.
Hace poco vi en la web a María Conchita Alonso promocionando su nueva película He matado a mi marido (2019) en Perú y recordé todo esto. La también cantante no puede promocionarla en Venezuela. Hace mucho tiempo que no viene, desgraciadamente los tiempos cambian.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol