Cuando las hojas de papel quedaron
pequeñas para plasmar su creatividad, el arte que vivía en él decidió hacer uso
de un lienzo de piso a techo, así que agarró sus colores y pintó las paredes.
Era un niño para ese entonces. Hoy es el creador de Iconos Venezolanos, el
proyecto que comprime la identidad de Venezuela en gráficos, y su nombre es
Samuel Schoenberger.
Shoenberger, quien con gracia
comenta que aún se sale de la línea cuando pinta, mudó sus diseños del papel a
Illustrator a pronta edad y fundó Iconos cuando tenía 18 años con el fin de
enorgullecer a los venezolanos al mostrar objetos, lugares y comidas típicas
del país.
El proyecto ya tiene cuatro años
y un libro. Y ha generado reacciones positivas tanto en los venezolanos que
están en el país como los que están fuera de él, a lo que el comunicador visual
afirma que se debe al enfoque de exponer lo positivo de Venezuela.
Samuel, hijo de padre economista
y madre psicóloga, busca servir de inspiración para que otros crean y creen. Está
convencido de que el gen o germen creativo vive en todos sin importar
profesión u oficio, y que el único secreto está en mirar la ciudad, sea cual
sea, con ojos de turista.
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