Divididos entre la tristeza y las críticas a Messi, primero por su actuación y después por su decisión de abandonar los colores del seleccionado nacional, los aficionados argentinos intentan asimilar la tercer final perdida de forma consecutiva y la debacle generalizada, que se desato en la Asociación del Fútbol Argentino; lejos de puntualizar en cuestiones tácticas, en cada rincón del país se debate ,la manera adecuada de superar, una de las crisis mas grande de la historia del fútbol nacional.
El recambio generacional al que todos apuntan, puede incluir o no a Lionel Messi, pero lo que no negocian los aficionados, es permitirse una tristeza similar a la de esta final perdida y la cosa puede empeorar si no se alcanza la clasificación al próximo mundial de Rusia 2018.
La renuncia de Messi sumada a otras posibles, incluida la del director técnico Gerardo Martino, la intervención de FIFA en el país y los escándalos políticos económicos que rodean al fútbol local, son demasiado para que las alarmas, de los mas futboleros, no se enciendan.
Lo que parecían simples discusiones de fútbol, producto de una nueva derrota en una final, se convirtieron en análisis mas amplios que incluyeron hasta la odiosa comparación entre los logros de Lionel y «el Diego» y si la personalidad de uno fue superior a la del otro.
«En la Argentina son todos técnicos», alguien instalo esa frase en el mundo del fútbol, y no se equivoco, hoy cualquier charla se transforma en polémica y cada uno tiene la solución a los problemas, aunque la única certeza que se tiene, es que la selección toco fondo, y para colmo de males, el panorama puede ser aun peor.
