Los equipos deportivos que juegan en Caracas tienen graves dificultades
para la práctica de sus respectivas disciplinas, debido a la falta de
escenarios con óptimas condiciones para el desarrollo del deporte.
En octubre del año 2017, el equipo de Hispanopost denunció el pésimo
estado de las instalaciones del estadio Olímpico de la Universidad Central de
Venezuela (UCV), que fue decretado como patrimonio mundial de la humanidad por
la Unesco. En el mes de noviembre del mismo año, la Confederación Sudamericana
de Fútbol (Conmebol) realizó una inspección, y concluyó que el estadio no
cumplía con las exigencias mínimas para disputar partidos internacionales
correspondientes a la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores.
Tras las medidas de la Conmebol, las autoridades universitarias, en
conjunto con los equipos que hacen vida en el Olímpico; Caracas Fútbol Club,
Deportivo La Guaira, Metropolitanos y la UCV organizaron un plan de
restauración para que Caracas recibiera de nuevo un encuentro de alto nivel.
El pasado 19 de septiembre, luego del visto bueno de los dirigentes del
fútbol sudamericano ante más de seis meses de remodelación, el Estadio Olímpico
albergó el juego internacional entre el Caracas Fútbol Club y el Atlético
Paranaense de Brasil, correspondiente a la Copa Sudamericana.
Francisco Bechara, presidente de la Fundación UCV, ente encargado del
arrendamiento del campo, se mostró complacido por la calidad del estado de la
grama, al tiempo que destacó la suma de esfuerzos entre los involucrados. Por
su parte, el gerente de marca del Caracas Fútbol Club, Diego Salas informó que
han llegado a acuerdos con quienes utilizan la cancha para poder conservarla.
Además, el directivo del club capitalino, confía en que muy pronto la selección
venezolana de fútbol pueda regresar al universitario.
Desde la hinchada del fútbol venezolano, Sebastiano Portuese celebró los
trabajos de remodelación, y espera que la reinauguración del Olímpico sea una
motivación para que los fanáticos llenen el estadio en cada uno de los juegos
que se disputen.
Si bien es cierto que la grama y los vestuarios están totalmente
renovados, las áreas externas del escenario deportivo aun presentan
deficiencias claras que quedan como cuenta pendiente para que los caraqueños
cuenten con un estadio de altura.
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