¿Hospedaje o prisión? El hotel construido dentro de una cárcel

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    Viajamos hasta Roermond, una ciudad situada en frontera sureste con Alemania, para visitar el Hotel Het Arresthuis, un establecimiento de lujo ubicado en la antigua cárcel de la ciudad.

    Se trata de un hotel de alto standing emplazado en un edificio de 1863 que funcionó como cárcel hasta el año 1997. Entonces, cerró sus puertas y no volvió a abrir hasta el año 2002, cuando empezó a operar de nuevo como penal para criminales involucrados en delitos de drogas.

    La cárcel cerró definitivamente en 2007 y cuatro años más tarde se transformó en un hotel de lujo con 40 habitaciones, 12 de ellas de lujo.

    Lo magnífico del hotel es que la experiencia de dormir en él puede asemejarse a pasar una noche entre rejas, ya que todas las ventanas de las habitaciones conservan los barrotes de las celdas de antaño.

    Además, las habitaciones han sido rehabilitadas sobre las antiguas celdas, ocupando el espacio de tres celdas para habilitar una habitación.

    La parte central del hotel corresponde al antiguo corredor central de la cárcel, con decenas de celdas a ambos lados y estrechos pasillos en distintos niveles.

    Incluso los baños están ubicados donde antaño se encontraban los baños de la prisión, cuyas puertas son de hierro forjado con cerraduras de alta seguridad, igual que las de las puertas de las habitaciones, que, sin embargo, hoy funcionan solo como adorno y han sido sustituidas por modernas tarjetas magnéticas.

    El hotel conserva distintos motivos y adornos relacionados con la antigua penitenciaría que convierten la estancia en una mezcla de tradición, modernidad, lujo y cierta claustrofobia.