Un grupo de madres de personas desaparecidas en el norteño estado de Nuevo León se sorprendió al encontrar restos humanos en un lugar donde la Fiscalía de la entidad, supuestamente, había concluido el caso.
Las mujeres que conformaron las Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Nuevo León, estaban acompañadas por el Padre Alejandro Solalinde con quien planificaron instalar una cruz conmemorativa en un paraje de Mina, Nuevo León,
Justo en este lugar, las autoridades habían investigado una «cocina» (sitio dónde se destruían con químicos o fuego restos humanos para complicar investigaciones) en la que se habían localizado restos de por lo menos 50 personas, sin embargo dieron concluida la investigación.
Fue casi al dar la primera de las paleadas de tierra, cuando se detectaron fragmentos de lo que el antropólogo Evaristo Reyes declaró como posibles restos humanos. Esto podría comprobar que los peritos de la Fiscalía no habían realizado las excavaciones en todo el sitio.
Tras el hallazgo se colocó la cruz conmemorativa y se cerró con un acto religioso para bendecir el sitio y a las incansables buscadoras de desaparecidos
