Jóvenes caraqueños reviven pasión por el tango

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    A finales de los década de los 20 del siglo pasado, los venezolanos –como buena parte de los latinoamericanos- descubrieron el tango gracias al cantante Carlos Gardel,  quien visitó Caracas a mediados de 1935 antes de llegar a Medellín donde el avión en el que viajaba se estrelló.

    A partir de entonces el gusto por el tango se ha mantenido en Venezuela –con altibajos-, pero sin que se pierda el gusto por las peñas tangueras para bailar o escuchar emblemáticas canciones de este ritmo y baile cuyo origen se lo discuten tanto Argentina como Uruguay, naciones en las que también se dirimen el natalicio de Gardel.

    En fechas más recientes, el Centro Uruguayo Venezolano –uno de los sitios mejores de Caracas para comer carnes- se ha convertido en el lugar para bailar tango y en ese restaurante la Academia Giratango impone la pasión entre los jóvenes deseosos de aprender a bailar.

    Giratango en los dos últimos años se ha encargado de promover el Encuentro Nacional del Tango en el cual se citan en Caracas decenas de personas conocedoras de cada paso de este baile al punto que ha llegado a ser considerada como la única escuela especializada en su género.

    El 30 de septiembre de 2009, a petición de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, la Unesco declaró al Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.