La comisaría de Catete, Río, es abastecida por donaciones de vecinos

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    La situación en muchas de las comisarías de Río de Janeiro es dramática. La falta de presupuesto les ha llevado a vivir de donaciones. Es el caso de la comisaría de la Policía Civil del barrio de Catete, la 9ª división, que consigue estar operativa gracias a la ayuda de los más de 1.600 vecinos de la Asociación de las urbanizaciones del Cerro de la Viuda, en Flamengo, en la zona sur de Río.

    Sin dinero para papel higiénico en las instalaciones ni gasolina para los coches patrulla, los moradores abastecen a la comisaría de folios para que los agentes puedan tramitar las denuncias interpuestas por los ciudadanos. Hasta el mes de marzo, cuando la Asociación comenzó a colaborar con ellos, no podían tramitar las denuncias por falta de papel.

    Maria Thereza, presidenta de la Asociación, es consciente que está pagando por duplicado, una a través de sus impuestos y otra a través de su colaboración altruista. Pero, asegura que es la única forma de garantizar su seguridad, no quiere permanecer encerrada en casa por miedo a salir a la calle y para ello, afirma, necesita de la presencia policial.

    Además de los paquetes de folios, el colectivo vecinal distribuye papel higiénico, productos de limpieza, bolígrafos, tóner para impresoras y otros materiales de escritorio. Hasta una empresa privada de sistemas electrónicos ha donado gratuitamente varias cámaras de vigilancia internas y externas para garantizar la seguridad de la comisaría.

    La falta de material se suma a la escasez de plantilla, según el Sindicato de los Delegados, el Estado de Río debería contar con 25 mil agentes, pero actualmente, denuncian, no llega a los 10 mil. Una situación que podría empeorar de ser aprobada definitivamente el paquete de medidas de autsteridad propuesto por el Gobernador, Luis Fernando Pezão.