En el municipio catalán de Verges, en la provincia de Gerona, la población celebra una procesión que se ha hecho famosa en todo el mundo porque incluye la representación teatral de la Danza de la Muerte.
Se trata de un baile tétrico que era muy común en la Edad Media en muchas poblaciones europeas debido a los estragos que provocaba la peste negra. En la actualidad, solo se realiza en Verges.
De este modo, en el inicio de la Semana Santa, el Jueves Santo, la procesión de Verges arranca a la media noche con una representación del baile macabro por las calles del municipio.
Tres niños y dos adultos se disfrazan de esqueletos y bailan al son de un tétrico tambor. Cada uno de ellos sostiene un símbolo relacionado con la muerte.
Uno de ellos lleva una guadaña, que significa que la muerte no perdona a nadie porque no distingue estatus social. Otro esqueleto sostiene mientras danza dando saltos terroríficos un estandarte con una calavera y dos tibias, que recuerda lo breve que es el tiempo.
Otros dos esqueletos llevan unos platos con ceniza que recuerdan que somos polvo y en polvo nos convertiremos y, por último, el tercer niño lleva un reloj sin agujas que viene a recordar que la muerte puede llegar a cualquier hora.
La procesión de Verges reúne a muchos visitantes extranjeros. Los asistentes también pueden observar una obra teatral con la crucifixión y resurrección de Jesús en la plaza central del pueblo.
