Ivonne Kludsky, dueña de Dumba, la elefanta que vive en un recinto privado de su propiedad en Caldes de Montbui, en Barcelona, afirma que el animal «es feliz, tiene buen trato con los humanos y es muy equilibrada». La mujer quiso salir al paso así de las críticas que recibió por parte de La Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) que denunció las supuestas malas condiciones en las que vivía la elefanta.
Kludsky explica que no es cierto que Dumba viva en un recinto de 100 metros, sino que su longitud es seis veces como mínimo superior, que en su día dos representantes de la protectora de animales reconocieron verla mejor que si se tratara de un elefante en libertad, pero que después cambiaron de opinión y le obligaron a poner más vallas, el cartel de «animal peligroso», pero que aún así han pasado por todas las inspecciones posibles, los controles y seguros reglamentarios.
