A pesar de que el régimen cubano no quiere reconocer la existencia de grupos opositores a la revolución, éstos existen. Muchos miembros de estas organizaciones son jóvenes que anhelan una Cuba libre de represión, pobreza y corrupción.
Hispanopost conversó con un joven cubano que oculta su identidad por temor a represalias y a que se le vulneren más derechos. Él es miembro de Juventud Activa Cuba Unida (JACU), organización opositora. Asegura que no puede expresarse libremente, tampoco ejercer su libertad de reunión, si no defiende el ideario comunista inscrito en la constitución cubana. Exponer públicamente un acercamiento con una organización extranjera es considerado como traición a la patria y como un atentando contra la seguridad nacional.
En el país caribeño todos están obligados a pertenecer al partido comunista. Si un muchacho quiere ingresar a estudiar en la universidad, es obligatorio pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas. Esta organización depende del Partido Comunista Cubano y como tal no tiene voz propia, porque su objetivo es fomentar las ideas de la revolución.
Si algún joven es descubierto haciendo actividades que manifiesten ideas contrarias a la revolución es retirado y expulsado de la universidad. Sucedió con Karla Pérez, joven cubana expulsada de la Universidad de las Villas, por pertenecer al grupo opositor Somos+.
De la realidad de la juventud cubana se conoce muy poco. Sus problemas no se visibilizan porque los jóvenes que asisten a las reuniones internacionales en representación de la juventud cubana, en realidad representan al régimen.
Hace poco varios jóvenes cubanos pudieron estar en Lima para tomar un curso del programa de Aulas Abiertas, que desde el 2010 fortalece los valores de libertad y democracia. Una oportunidad -como una aguja en un pajar- para que sus voces sean escuchadas más allá de la isla.
