Las artesanas detrás del traje más bello de Panamá

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    Se puede calificar como un oficio, un arte y hasta una industria. Su origen surge del folclor panameño y transita una díficil ruta para convertirse en patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Se trata de La Pollera, el traje típico de la mujer ,en Panamá, una vestimenta que se elabora con paciencia y delicadeza. Entre uno y dos años puede tardar un  grupo de artesanas en darle forma a este vestido capaz de realzar la belleza femenina.

    A 160 kilometros de la Ciudad de Panamá está la provincia de Los Santos, uno de los lugares más prolíficos de La Pollera. Más de 600 mujeres  dedican su tiempo a trabajar todo el año en este atuendo, sin embargo estas cifras son parte de un censo que hasta ahora sólo habría recogido los datos del 30% de quienes contribuyen a la fabricación de La Pollera, es decir, que solo en esta región del interior del Istmo, más de 2 mil féminas constituirían esta industria.

    La Pollera es una vestimenta que se ensambla luego de un arduo trabajo de artesanía en cada una de sus partes. En la región Santeña hay tres tipos: zurcida, marcada y sombreada. Todo es cosido a mano y de acuerdo con la técnica y el esfuerzo aplicado los precios varían desde $ 5 mil hasta $ 8 mil dólares “incluyendo la tela y el resto de los materiales. Eso es si yo tengo que hacer todo y poner todo, en caso contrario si sólo tengo que pegar yo la hago por $150” comenta, Irene Vergara, quien se dedica a la actividad desde que tenía apenas 13 años. Pero estos precios pueden ser considerados bajos frente a intermediarios que pueden vender hasta en $ 12 mil dólares este traje.

    Para Eduardo Cano, historiador e investigador de La Pollera, efectivamente, existe una industria alrededor de esta vestimenta “pero la remuneración que estas mujeres reciben no es tan alta, por ejemplo, las que más cobran obtienen $150 dólares por una tira (una de las partes del vestido) y eso lo terminan en un mes o un poco más de un mes de trabajo ¿quién en este país sobrevive con $ 150 mensual?”.  

    Son trajes hechos a la medida, para ocasiones especiales y altamente valorados por la panameñas. Resalta la belleza de las canaleras en festivales, concursos, en el desfile de las Mil Polleras, incluso en época de fiestas patrias. Deben encargarse con una larga fecha de anticipación, “hacer una pollera es mucho trabajo, por eso es que están caritas” dice Rosa Barrios una artesana y ganadora de concursos de este atuendo quien además explica que lo más rápido que ha intentado terminar una Pollera han sido seis meses pero ante tanta demanda de trabajo se dificulta.

    La cantidad contra la tradición

    Durante el inventario que realiza el investigador Eduardo Cano para impulsar el proceso de elaboración de La Pollera, como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad,  se determinó que apenas hay dos aprendices en una de las zonas que cuenta con 400 artesanas. Temen que en un periodo de 10 años pueda desaparecer el oficio a pesar de que cuenta con una alta demanda, destaca  que “en este mismo momento están rechazando este trabajo porque no existe la cantidad de personas que pueda terminarlo y la mayoría de las artesanas tiene una edad avanzada”.

    Más que el traje

    Existen lugares donde se puede alquilar una Pollera y su costo ronda los $ 1 mil en contraste con los precios de las que son hechas por encargo, sin embargo, se deben sumar los complementos del traje al momento del uso,  estos adornos y joyas pueden alcanzar los $ 7 mil e incluso superar los $ 30 mil.