María Inés trabajó durante muchos años para centros de masoterapia, viviendo en carne propia todas aquellas injusticias que se cometen contra las personas con discapacidad.
En Perú las personas ciegas trabajan para grandes centros de masajes, donde son víctimas de explotación y otras injusticas laborales.
Cuando María Inés decidió dejar de trabajar para quienes la explotaban, abrió su propio centro de masajes en Surco y dio trabajo a sus compañeros ciegos. Ella también es profesora e instruye a quienes desean aprender el arte de la masoterapia.
Los pacientes no le faltan. El don de las personas invidentes con la percepción táctil es una garantía de efectividad. María Inés es socia del Comité de Damas Invidentes del Perú, una asociación que lucha por los derechos de la integración de la mujer ciega en la sociedad.
El 50.9% de la población peruana tiene problemas visuales. Las personas con discapacidad visual son de las poblaciones más vulnerables a nivel de Latinoamérica.
