Nicolás Maduro no quiere abandonar el poder ni negociar sino atrincherarse y reforzarse en Miraflores a través de la utilización del aparato cívico militar partidista, expresado en la Milicia Nacional Bolivariana. De acuerdo con un grupo de expertos consultados por HispanoPost, la reciente petición de otorgarle a ese cuerpo rango constitucional y aumentar su número de efectivos no solo respondería a la desconfianza de Maduro hacia la Fuerza Armada Nacional, sino a una estrategia orientada a socavar la institucionalidad y desarticular la FAN.
El general (r) Gonzalo García Ordóñez, exjefe del Comando Unificado de la Fuerza Armada de Venezuela (Cufan), advierte que la Milicia es un cuerpo creado para el control social. La milicia aquí tiene el estilo cubano, que es para perseguir, delatar y amedrentar a la población civil sobre la base de la guerra de cuarta generación. Quienes hemos estudiado el tema militar alertamos con suficiente tiempo, hace diez o doce años, que esto ocurriría, sostiene.
Destaca la inconstitucionalidad de ese cuerpo y recuerda que la Milicia se creó por decreto presidencial hace 17 años con la intención de sostener al poder establecido. Antiguamente aquí en Venezuela existía la Reserva, ese concepto fue modificado y ampliado para darle soporte y sustentación a la tesis del general Müller Rojas, quien decía que para que la Fuerza Armada no se alzara en un momento determinado, había que tener una contrafuerza, en este caso la Milicia. Eso también se propagó a esos cuerpos armados llamados Círculos Bolivarianos y que fueron evolucionando hasta llegar a los colectivos que actualmente tenemos, señala.
A juicio de García Ordóñez, la desconfianza de Nicolás Maduro en la Fuerza Armada Nacional podría fundamentarse sobre la ilegitimidad de las votaciones de la Asamblea Nacional Constituyente y las del pasado 20 de mayo. Asegura además que el número de integrantes de la Milicia está sobreestimado.
No es posible para Venezuela y en las condiciones en que está la Fuerza Armada Nacional, tener una milicia de dos millones de personas. No existe la infraestructura, no existe el presupuesto, no existe el personal profesional para capacitarlos y entrenarlos. Aquí lo que tenemos es más bien una operación psicológica sobre la población o sobre alguien que piense una acción bélica sobre Venezuela. Yo oí las declaraciones del general Leal Tellería quien dice que tiene dos millones no sé cuánto, bueno, los tendrá en nómina pero en efectivos es imposible, sentenció.
Un partido político de militares
Erik Del Búfalo, investigador de la Universidad Simón Bolívar y doctor en Filosofía, explica que la Milicia está diseñada para el control social de la población. Más que para el control de manifestaciones, las milicias son un riesgo en el control social cotidiano. En la delación, el sapeo, la represión cotidiana que no está relacionada con las manifestaciones en sí mismas, sino con el control del territorio. Sobre todo en los barrios porque es una especie de círculo bolivariano gigante, bien administrado y con una dirigencia social muy fuerte.
El pasado sábado 13 de abril, la administración de Nicolás Maduro ascendió a sargento segundo de la Milicia a 51.743 cuadros populares. Esto tiene varios sentidos: el primero es aumentar el número de militantes militares del partido político. Es decir, aumentar sus militantes pagados, sus cuadros, es una forma de atraer cuadros al partido militar. Otra es seguir destruyendo la estructura típica militar, que es absolutamente grande e inoperativa; y tercero, hay también un valor social ideológico de producir miedo en la población, lo que es importante en el discurso del tirano, apunta Del Búfalo.
Para el docente, se trata también de otro intento para disolver la institucionalidad de la FAN. No es la Milicia la que se empodera sino la Fuerza Armada la que se debilita porque introduces un componente adicional en un esquema ya bastante destruido de lo que es la Fuerza Armada y su orden piramidal. La Fuerza Armada Nacional está penetrada por cubanos, por estructuras transversales de mando. Hay cabos que le rinden cuenta directamente a Diosdado Cabello y no a su superior, entonces es una forma de seguir haciendo más inoperativa la Fuerza Armada Nacional, afirma.
Fuera de la Constitución
Para el abogado y experto en criminalística, Luis Izquiel, la solicitud realizada por Nicolás Maduro constituye un reconocimiento de la irregularidad legal de la Milicia. Coincide con Del Búfalo y García Ordóñez en la visión sobre el objetivo de ese cuerpo.
Es un componente creado básicamente para el control interno, de la disidencia política, para la amenaza constante a la disidencia política. En la medida en que Nicolás Maduro sienta menos confianza hacia la institución militar, menos confianza hacia los cuerpos policiales del país, va a recurrir más a los grupos delictivos que son los colectivos y también esta gente de la Milicia que es un componente inconstitucional, indica.
Advierte Izquiel que históricamente varias dictaduras de la región han utilizado grupos paramilitares para sostenerse en el poder y considera que usar a la Milicia para la contención de manifestaciones podría suponer graves riesgos.
Los peligros son todos. Que maten a las personas, que las lesionen gravemente, que cometan otro tipo de delitos, que roben, secuestren en aras de ese control político que les encomendaron. Otro de los peligros es que esas armas que les dan para el control de las manifestaciones se empleen no solo en el propio acto del control político, sino luego que terminen en manos de grupos delictivos formales, asegura.