María Alejandra Bruzual no tiene que luchar con su peso, para no pasar de los 50 kilos reglamentarios que le permiten ser jinete de carreras. Algo que le envidian sus amigas y hasta los jockeys hombres, en especial los que se desmayan tras una jornada de entrenamiento.
Olvídate de ser mujer, si usted se monta en un caballo, usted es un hombre, afirma con la sonrisa de quien habla de lo que apasiona.
Convive con la tierra, el sudor y los caballos, por lo que las uñas arregladas no son prioridad.
Se formó en la Escuela de Jinetes del Hipódromo La Rinconada, en Caracas. Tuvo la pista como salón de clases y está casada con el entrenador Luis Martín, junto a quien administra una cuadra. De verdad, es maravilloso, dice, para describir su plenitud.
Pero la rudeza de la que tiene que echar mano se diluye cuando habla de los caballos. Los tocas y va a ver. Eso es amor y cariño.
Bruzual solo ha ganado 4 carreras en competencias en Perú y Brasil. Son pocas para los años que tiene en galopando. No es uno como mujer, sino que no hay oportunidad, apuntó.
La sonrisa se va cuando afirma que es en Venezuela donde menos tiene apoyo.
