Mary Moreno le da el frente a la represión desde su silla de ruedas

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    Mary Moreno asegura, sin altisonancias,  que no teme por su vida  cuando se suma a decenas de manifestantes en Caracas, en la ola de protestas de este año 2017.

    “Yo estoy dispuesta a morir en la calle”, afirma esta mujer de 48 años. Su convicción no ve freno en sus dificultades de movilidad. Le diagnosticaron Lupus a los 15 años y desde los 30 ha visto su deterioro.

    Así sale a protestar junto a su hermano, Tony, en una suerte de “llave” que se ampara en Dios o “en el universo” cada vez que se han colocado en la vanguardia, en la primera línea, frente a militares y policías que dispersan las manifestaciones contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

    Mary asegura que encontró inspiración en la solidaridad que le brindan tantos extraños en cada protesta. A la vez, ella  busca inspirar a los que no se atreven a alzar su voz. Tras una refriega no siente tanto cansancio, como el que habitualmente la acompaña por su condición. “Yo me siento muchísimo más fuerte que el primer día que salí”, comenta.