Los Dodgers de Los Ángeles sumaron otro revés más a su lista de fracasos en los últimos años en los que se les ha hecho esquiva la opción de ganar la Serie Mundial de las Grandes Ligas, cetro que no consiguen desde 1988.
Esta vez fue diferente a los años anteriores. Después de jugar dos clásicos de octubre consecutivos sin obtener dividendos ante Astros de Houston y Medias Rojas de Boston, la debacle californiana se acentuó en 2019 al no pasar de la serie de división ante los Nacionales de Washington.
Clayton Kershaw fue Kershaw, pero el de postemporada, no el de la temporada regular donde es prácticamente imbateable. El zurdo no pudo mantener la ventaja de su equipo y ahí se inició el descalabro.
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Un equipo que obtuvo 106 lauras en la temporada regular no pudo pasar la primera alcabala ante el comodín de la Liga Nacional, y solo quedan interrogantes sobre qué movimientos realizará la gerencia de los Dodgers con una de las nóminas más altas de todo el beisbol, y su manager Dave Roberts, cuya continuidad ya era cuestionada desde las dos caídas seguidas en la etapa decisiva.
En cuanto a los Nacionales se refiere, jugarán su primera serie de campeonato en el viejo circuito desde que se mudaron a la capital de los Estados Unidos, y el logro llega paradójicamente luego de la salida de uno de sus peloteros estrellas, Bryce Harper, quien firmó un contrato multimillonario con los Filis de Filadelfia.