La crisis socio-política y económica que ataca a Venezuela desde hace más de diez años, pero que se ha recrudecido a partir de 2015, mantiene en alerta no solo a los países de la región, que les ha tocado acoger a un gran número de venezolanos que huyen en la búsqueda constante de mejores oportunidades, sino a todo el mundo. Los distintos gobiernos democráticos han sumado esfuerzos, a fin de encontrar una salida al conflicto venezolanos.
Ante esta situación, el pasado el 8 de agosto de 2017, en la ciudad de Lima Perú, se reunieron los representantes de 14 países con el objetivo de dar seguimiento y buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela, de esa reunión surgió la instancia multilateral llamada Grupo de Lima. Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú (12 en total), suscribieron la declaración que se produjo allí.
A raíz de esta coalición se han logrado acuerdos y se han realizado ciertas exigencias como la liberación de los presos políticos, elecciones libres, la entrada de la ayuda humanitaria; al tiempo que, critican la ruptura del orden institucional en Venezuela. Según cifras oficiales de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), más de 4 millones de venezolanos han dejado su hogar para radicarse fuera de su país.
Asimismo, los casi 4 millones y medio de migrantes venezolanos representan a la población más desplazada en el mundo sin una guerra convencional ni una catástrofe natural, tuiteó David Smolansky, el coordinador ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, del presidente interino de Juan Guaidó.
A pesar de la apertura a ayudar y mediar en el conflicto, que han mostrado estas naciones, debido al fenómeno migratorio que la crisis ha ocasionado, los gobiernos han implementado nuevas medidas para disminuir el flujo de migrantes y proteger a sus países. Recientemente varios han aumentado los requisitos para permitir el ingreso, solicitando visas y demás documentos.
A principios del mes de octubre se conoció que Aruba, Curacao y Bonaire se sumarían a los países que solicitarán visa a los venezolanos para aprobar su ingreso. Esta medida ya había sido adoptada por Ecuador, Perú, Chile, Trinidad y Tobago, Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá. Esta decisión provocó descontento en la población, en especial, aquellos venezolanos que ya tenía planificado viajar.
Por tal motivo, Smolansky a través de sus redes sociales dijo: La política en la región no puede ser colocar más restricciones a refugiados que huyen de una tiranía que causa hambre, violencia y enfermedades. También, detalló que, la población de venezolanos desplazados de manera forzada (4,5 millones) supera a la panameña (4,2 millones), los croatas (4,1 millones) y los uruguayos (3,4 millones).
Los datos Acnur reflejan que más de 464 mil venezolanos han solicitado asilo en los distintos países del mundo y alrededor de un millón 800 mil se encuentra residiendo de forma legal en varias naciones de América. Smolansky puntualizó algunas cifras de migrantes venezolanos a lo largo y anche de América.
En un hilo de tuits detalló: Colombia alberga 1,6 millones. Perú 900 mil. Estados Unidos 422 mil. Chile 400 mil. Ecuador 350 mil. Brasil 170 mil. Argentina 150mil. Panamá 100mil y México 70mil. También, señaló que en República Dominicana residen unos 40 mil venezolanos. En Guyana 36 mil. Costa Rica refugia a otros 30 mil. Curaçao 26 mil. Canadá 22 mil. Aruba 16 mil. Mientras que Uruguay y Bolivia brindan albergue a unos 10 mil venezolanos cada uno.
Además de la solicitud de visa, que podría costar desde 30 a 100 dólares, para una población en la que el sueldo mínimo está valorado (al día de hoy, previo al aumento que no se ha hecho efectivo en Gaceta Oficial) en 2 dólares mensuales, también se puede sumar como requisito la tenencia de pasaporte en rigor.
El fenómeno migratorio por el que está atravesando Venezuela no tiene precedentes, si bien otras naciones en los distintos continentes del mundo se han visto afectadas por conflictos bélicos, depresiones económicas o desastres naturales que han obligado a sus ciudadanos a abandonar sus tierras, ninguna historia ha sido como la de los venezolanos, que arriesgan sus vidas para cruzar la frontera incluso a pie, pues diariamente unos 5 mil migrantes caminan por las distintas trochas que limitan entre Colombia y Venezuela.
Algunos deciden radicarse en el país neogranadino, otros sencillamente siguen caminando hasta encontrar un nuevo hogar, ya la migración no se limita a un aeropuerto o una terminal de autobuses, cualquier camino es una posibilidad para un nuevo futuro y mejores oportunidades, aunque el miedo, el esfuerzo y el cansancio, en ocasiones se apoderen de quienes toman la gran decisión de irse o quedarse.