Juan Rodríguez nació en San Juan de La Maguana, República Dominicana. Desde los 13 años está cerca de los hornos. Dejó la escuela cuando apenas terminó la primaria y se dedicó a trabajar en la mañana el pan y en la tarde la carpintería. Llegó a Venezuela después de la muerte de su madre en su país.
Ahora tiene 45 años, es Maestro Panadero a las afueras de Caracas y todavía se siente extranjero. El acento se le cuela muy levemente cuando habla de su pan. Como si saboreara las palabras enumera las recetas que conoce y comenta el toque de «delicadeza» que le da a cada masa. Relata como es la disciplina en sus hornos y se enorgullece del producto que elabora.
?«El pan es algo que vino de Dios», dice, y pareciera que la frase se le quedó desde niño. Pero su poca expresividad se transforma cuando habla de su familia. Uno de sus hijos, de 20 años, murió hace dos años de cáncer, tras cinco años de lucha.
Juan no se siente arraigado del todo en Venezuela, pero no tiene pensado dejar el país como muchos nacidos aquí, que buscan dejar atrás la crisis. Dijo a Hispanopost que su hijo se quedó en esta tierra. » Mi hijo está aquí enterrado», aseguró.
Irse, entonces, no es una opción «Es como si lo estuviera abandonando», dijo, conteniendo la expresión.
