En 2015 sellamos un nuevo compromiso con Venezuela, sacar a los venezolanos de esta pesadilla que estamos viviendo. Han sido años de trabajo duro, de grandes batallas con algunas caídas, pero aquí seguimos firmes en nuestra convicción de conseguirle una solución a los problemas de los venezolanos.
Esta semana una nueva convocatoria de la constituyente fraudulenta intentó menguar nuestro espíritu de lucha. Solo se reúnen para allanarle la inmunidad a algún diputado y meterlo preso o para nombrar otro fiscal, cambiar al contralor o inventarse leyes. Nunca se han reunido para proponer soluciones. Se le olvidó el verdadero sentido de una Asamblea Constituyente.
Por años han demostrado que lo único que los motiva es acaparar poder y perpetuarse en él, están obsesionados. Han hecho de todo menos recuperar a Venezuela de la crisis en la que ellos mismos nos hundieron. El régimen está acorralado por la crisis que su propio modelo y corrupción generó. Le tiene miedo al cambio, a que los venezolanos puedan participar y elegir libremente.
Nada ha solucionado la ANC en todo este tiempo, por el contrario, anunciando decisiones a la ligera han agravado la situación político-económica. La peor sanción que tiene este país es Maduro en el poder. Al régimen parece que se le olvida que fueron ellos los que nos trajeron hasta aquí, con el peor modelo económico de la región. La política del control de cambio, las expropiaciones de empresas y la falta de confianza para la inversión extranjera produjeron el debilitamiento de la economía nacional.
Acabaron con el aparato productivo de la nación. Hoy Venezuela vive de exportaciones y con unos precios absurdos, imposibles de pagar por el venezolano de a pie. Malgastaron los recursos de los venezolanos, se robaron lo del sistema eléctrico, lo del agua, lo del Metro de Caracas, todo. No hay que preguntarse mucho quién es el culpable. El responsable del sufrimiento de los venezolanos tiene nombre y apellido y todos lo conocemos, Nicolás Maduro. El mundo se dio cuenta del fraude que ellos representan, se les han ido cerrando las puertas para que no puedan seguir robando.
Cada vez que un país nos reconoce como el único órgano legítimo de Venezuela y les da la espalda, los acorrala y les toca el bolsillo. Esa es la razón por la que el régimen se levantó de la mesa de negociación, porque se dieron cuenta que están aislados y cercados. Ni el mismo chavismo les cree y la comunidad internacional los tiene acorralados. Les cortaron el suministro, les tocaron el bolsillo y en venganza se pararon de la mesa.
Maduro le tiene miedo al cambio, nosotros nos mantenemos firmes. La delegación va a ir a donde tenga que ir para ponerle fin al sufrimiento de los venezolanos. Estamos buscando soluciones en el marco de la Constitución, que le devuelva instituciones fuertes a los venezolanos para que podamos elegir nuestro destino a través de unas elecciones libres. El país volverá a ser feliz cuando haya elecciones. Seguimos luchando por Venezuela.
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