La situación crítica de la industria nacional de los hidrocarburos es evidente pese a los esfuerzos de la administración de Nicolás Maduro por ocultar las deplorables condiciones de las instalaciones de Petróleos de Venezuela. 85% de las actividades de Pdvsa están paralizadas, aseguró el dirigente sindical Iván Freites.
El directivo de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv) precisó que 90% del personal de la industria acude a las áreas operativas, pero está ocioso porque no tiene que hacer debido a la paralización de las plantas y equipos, lo cual se evidencia en la caída constante del bombeo de crudo y de la producción en las refinerías.
Los únicos trabajadores que se mantienen más activos son los de los muelles, donde se reciben embarcaciones con crudo y productos importados para medio cubrir el consumo interno y exportar volúmenes cada vez menores provenientes de la producción petrolera, destacó Freites.
Explicó que con el desplome de las operaciones han bajado los accidentes, pero no por la diligencia de las autoridades de Pdvsa de garantizar un medio ambiente del trabajo seguro. Desde hace 3 años la empresa no provee uniformes, guantes, cascos y botas de seguridad. Además, ningún trabajador porta el detector de emisiones de gases, lo cual coloca su vida en peligro.
Los sindicatos y unidades obreras de prevención de accidentes alertan de manera constante el mal funcionamiento de los mechurrios, alarmas (sirenas), sistemas contra incendios y derrames y sistemas de generación autónoma de energía lo que afecta la seguridad de los trabajadores y terceros.
Pdvsa debe reportar de inmediato los accidentes e incidentes al Ministerio del Trabajo y el Instituto Nacional de Prevención y Seguridad Laboral, pero no realiza los reportes y el despacho y el Inpsasel tampoco obligan a la petrolera, lo que dificulta a las organizaciones sindicales conocer el número de siniestros, heridos y muertes.
Las últimas estadísticas revelan que entre 2003 y 2015 se registraron 4.000 accidentes con un lesionado y/o muerte al mes. Esa cifra ahora es muy superior por las condiciones inseguras de las instalaciones, pero la situación no es más grave por la caída de las actividades, sostuvo el dirigente sindical.
Freites recordó que el 6 de julio pasado, el complejo refinador Paraguaná, en el estado Falcón, registró un black out por una falla de generación en la planta de vapor de Genevapca y la situación afectó durante tres semanas a la refinería de Amuay y persiste a la fecha en la de Cardón.
Este tipo de eventos ocurren periódicamente, pero el público se entera cuando son inocultables como las explosiones y apagones, refirió.
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