Trump se «arrodilla» ante Putin en el Carnaval de Colonia

    0
    230

    Durante una semana al año la ciudad alemana de Colonia para máquinas. Ninguna otra urbe del país celebra con tanto ímpetu, ilusión y alegría el Carnaval. De hecho, en el resto del país esta fiesta pintoresca apenas se celebra, ni siquiera en Berlín. El Carnaval, dicen, es solo cosa de Colonia y la tradición cuenta que tiene una antigüedad de unos 2.000 años.

    Durante una semana la ciudad vive una auténtica explosión de color, música y humor. Cada día el Carnaval adopta una faceta distinta, habiendo una jornada dedicada a los escolares y otra a las mujeres, mientras que al final de la semana tiene lugar el gran desfile del Carnaval, con más de 300 carrozas, 350 caballos y 10.000 voluntarios de todas las edades que recorren seis kilómetros de ruta por el centro de la ciudad. 

    El Carnaval en Colonia se celebra en pleno invierno, así que a diferencia de los despampanantes desfiles de Rio de Janeiro, con vedettes y bailarinas que quitan el aire, aquí los ciudadanos se visten de dibujos animados, Spiderman, Drácula, payasos, bailarinas y hasta de máquina de preservativos. Todo vale mientras uno esté bien abrigado para aguantar temperaturas que raramente superan los 3 grados durante la semana del Carnaval, en pleno febrero. 

    Durante siete días, los alemanes apenas trabajan, solo disfrutan, beben y beben, se divierten y se olvidan de su vida estresante. Como cuenta un joven a HispanoPost, “¡los estrictos alemanes necesitamos esto!”. 

    Lo que hace único el Carnaval de Colonia es la sátira política que cada año se ríe y ridiculiza a la clase política nacional e internacional durante el gran desfile. Así, nunca falta la carroza que se burla de la canciller Angela Mekel y este 2017, obviamente, la carroza más esperada no podía ser otra que la que han protagonizado la pareja del año: Donald Trump y Vladimir Putin. 

    El gobierno destina cada año 2,3 millones de euros a la organización del Carnaval de Colonia.