Miguel Ángel Landa dirigió a Mariano Álvarez en Los años del miedo (1987) una película donde el para entonces joven actor encarnó al político venezolano Alberto Carnevali. La cinta recrea duros momentos de la historia de Venezuela con gracia y coherencia.
Su interpretación refleja el carácter que le imprimiría a cada uno de sus personajes. Trasluce una emoción que te obliga a querer saber quién era el hombre al que interpreta. Ese es el principal trabajo de los buenos actores: convencer.
Antes había filmado una miniserie sobre la vida de Simón Bolívar escrita por Betty Kaplan en 1983. La serie se pudo ver en VTV, canal de televisión que para ese entonces presentaba una programación mayormente cultural.
Para ese momento, Mariano Álvarez todavía no había realizado ninguno de los personajes que lo harían célebre en televisión. Su carrera pública apenas estaba comenzando.
Venia de estudiar actuación en Gran Bretaña y de hacer teatro, actividad que no abandonó a lo largo de su carrera. Su formación le daría la experiencia para trabajar en la televisión venezolana con dignidad, imprimiéndole emoción y gracia a las historias que se contaban en la pantalla chica de aquella época.
Historias mayormente románticas que siempre necesitaban de un actor de carácter que le brindara tensión al drama. Mariano Álvarez destacó por realizar ese tipo de rol. Enriquecía la trama. Le otorgaba un brillo diferente al que podía percibirse a través de la pareja protagónica. En el mundo de las telenovelas venezolanas los antagonistas eran importantes, tanto (y a veces más) que la historia de amor.
En su desempeño como actor Mariano Álvarez tuvo la oportunidad de trabajar de forma constante. Si la miramos en conjunto su carrera fue larga. Aunque su vida no lo fue tanto. No llegó a los cincuenta años.
Actuó en Paraíso (1989) una telenovela que paralizaba al país. Para aquel entonces la vida nacional tenía mucho más que ver con la televisión y el entretenimiento que con la política. La gente dejaba que las telenovelas formaran parte de su vida cotidiana, permitían que esos personajes de ficción se colaran en sus casas.
A Mariano Álvarez pudimos verlo en televisión toda la década de los noventa (y parte de los ochenta) encarnando diversos roles en las producciones más importantes del momento. Trabajó en los dos canales que en aquel entonces peleaban por el rating: Venevisión y RCTV. También hizo cine. Particularmente me encantó su rol en 100 años de perdón (1998) de Alejandro Saderman.
Mariano Álvarez tenía talento y carisma. Han pasado más de 17 años de su muerte y me pregunto ¿qué habría sido de su carrera si hubiese tenido la oportunidad de continuarla? Nunca lo sabremos.
No pretendí enumerar todos sus trabajos, la lista es larga. Solo quise recordar.
¿Por qué se recuerda a un actor? ¿Por qué los tenemos presentes? Quizás porque nos ayudan a representar el mundo a través de sus personajes. Porque son parte de lo que hemos sido y nos permiten volver a momentos de nuestra historia personal. También nos ayudan ver a través de sus caracterizaciones parcelas de tiempo que han dejado de existir. Ellos también hacen parte de la historia pública a la que todos asistimos.
Por todo eso y más, hoy decidí recordar la vida breve y la carrera intensa de Mariano Álvarez. Un actor cuya historia puede que sea tan fascinante como los personajes que encarnó.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol