Un «coche volador» en la mira de Toyota

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    Cuando el equipo de Cartivator concibió su coche volador SkyDrive en una de sus sesiones de lluvia de ideas hace ya más de cuatro años, nunca imaginaron que un gigante como Toyota se convertiría en uno de sus inversores.

    La afirmación la hizo Ryutaro Mori, jefe de planificación de negocio de esta «comunidad voluntaria, que no compañía» de ingenieros cuyo principio básico es «dar sueños a las generaciones futuras».

    Toyota les ha garantizado una financiación de 42,5 millones de yenes (340.000 euros/380.000 dólares) en los próximos tres años para que alcancen su objetivo: que el SkyDrive encienda el pebetero olímpico durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020.

    «Es cierto que nunca hubiéramos imaginado exactamente esto, pero estábamos seguros de que podíamos hacer cualquier cosa posible siempre y cuando soñemos alto y trabajemos duro hacia nuestra meta», expone con entusiasmo Mori.

    La implicación de Toyota, dice, «representa un gran impulso para que los ingenieros jóvenes sueñen a lo grande y lo materialicen».