Jonathan Couto es venezolano, hijo de padre portugués, estudió Derecho en la Universidad Santa María en Caracas y trabajo en la Fiscalía General de su país, pero tiene un pecado: no simpatiza con la revolución bolivariana.
La inseguridad y el deterioro de las condiciones económicas en Venezuela lo obligaron a salir del país hace cuatro años y después de varias miradas e intentos optó regresar al país de su padre: Portugal y hace poco más de un año adquirió un vehículo que llaman tuk tuk, como lo denominan en la India por ser el principal medio de transporte de rutas cortas en las principales ciudades de ese país asiática.
El uso de los tuk tuk en Lisboa tiene más de cinco años pero básicamente con fines turísticos para conocer esa ciudad, recorrer los barrios de Chiado y la Alfama o ir desde las plazas de Rossio y el Comercio hacia el Monasterio de los Jerónimos, pero Couto se le ocurrió convertir este vehículo en un bar que llama Mr. Tapas, se ubica diariamente en el malecón del río Tejo cerca del Monumento de Los Descubridores y se puede degustar lo mejor de los vinos portugueses: desde el vino verde o un buen oporto.
¿Es posible regresar a Venezuela? Couto no oculta su saudade (como los portugueses denotan lo que podría llamarse nostalgia) pero sin lugar a dudas hay tres aspectos que al menos tendrían que cambiar: los niveles de criminalidad del país sudamericanos, entre los más altos del mundo, que mejoren las condiciones económicas y una apertura política.
