Una centenaria cruz de hierro recibe a los fieles en Lima

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    Cada Semana Santa, el cerro San Cristóbal o el “apu” de Lima -montaña divina que protege a la capital peruana- se llena de miles de fieles que recorren cuatro kilómetros en peregrinación hasta la cima.

     Desde el alba, una multitud de devotos ora en las 14 estaciones del cerro hasta llegar a la última representada por la cruz de hierro de 20  metros de altura. Una imponente cruz construida hace 90 años da la bienvenida a familias enteras, que llegan para agradecer por los milagros concedidos y rezar por sus seres queridos.  

     En la cumbre, a 400 metros sobre el nivel del mar, la vista de la ciudad de Lima con sus casi 10 millones de habitantes sobrecoge por su inmensidad.

     Fue Francisco Pizarro quien bautizo a esta montaña como “San Cristobal”. De hecho los historiadores afirman que  antes de la conquista se realizaban diversos rituales y ofrendas a diferentes dioses y fue posteriormente que los españoles instauraron un recorrido para conmemorar el vía crucis de Jesús. Esta última tradición se conserva hasta el día de hoy, aunque los cultos paganos siguen entremezclándose como clara estampa del sincretismo religioso.

     Para Dalia Flores y su familia, recorrer el cerro es una tradición familiar. Cada año, en estas fechas caminan hasta la 4 de la tarde y concluyen el día sin tomar agua ni comer, es la forma como demuestran el agradecimiento a Jesús.

    HispanoPost también conversó con Donatila Dongo, devota que desde hace 12 años vende sus palmas en el cerro San Cristobal, y con Tony Torrejón, quien pertenece a una agrupación juvenil que peregrina para orar y agradecer a Cristo.