Vecinos convierten basurero en un parque ecológico

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    Existe un lugar que sirve como remanso de paz dentro del caos que impera en una favela de Río de Janeiro: un parque ecológico nacido de un basurero, levantado por dos vecinos de Vidigal, comunidad que se encuentra en un «morro» al final de la playa de Ipanema, en la zona sur de la ciudad carioca.

    Para llegar al parque ecológico Sitiê, aquellos que no viven en la favela de Vidigal deben llegar hasta los pies de la misma, a apenas unos metros de los exclusivos barrios de Leblon e Ipanema, donde surgen dos opciones: andar cuesta arriba dos kilómetros o tomar una moto taxi por 2,5 reales -unos 80 centavos de dólar-.

    Una vez ahí, estará Paulo Almeida, desempleado de 57 años y quien trabaja hora a hora, día a día, en «su» parque, aquel que hace quince años era un basurero.