Viaje al corazón de la Champeta, el baile «prohibido» de Colombia

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    HispanoPost viajó durante varios días a la Cartagena profunda, donde, en medio de la pobreza y la marginalidad, la población cultiva y defiende sus ricos ancestros africanos que aún siguen siendo estigmatizados y perseguidos, como el caso de la Champeta, extraordinario género musical que quiere ser prohibido en la ciudad por su vistoso erotismo mientras, por otra parte, se esparce por el mundo, como la salsa o la samba.

    En zonas sombrías de Cartagena, gobernadas por pandillas, la Champeta se cultiva en escuelas espontáneas como las de la samba en Río de Janeiro. 

    Cientos de jóvenes han sido sacados del crimen por medio de la Champeta y hoy están dedicados a consagrarse como profesionales de un género que cautiva poco a poco al continente pero, sobre todo, a la gran región Caribe: desde Venezuela hasta Cuba, Puerto Rico, Jamaica o Estados Unidos. 

    Rafael Escallón, investigador sociocultural de la champeta desde hace 18 años, viene impulsando la declaratoria de patrimonio inmaterial de la humanidad ante la UNESCO no solo como género musical, sino como forma de vida y expresión multicultural del Caribe. 

    Desde su ONG Roztro, ha logrado sacar de la violencia una veintena de jóvenes; también es el caso de Afro Dance Cartagena, una escuela popular, a la que HispanoPost visitó. 

    Sin embargo, en muchos sectores de Cartagena la champeta sigue siendo discriminada por la exacerbación del racismo y el elitismo. Un proyecto que ya ha sido aprobado por el Concejo pretende que la champeta sea prohibida en los colegios con la premisa de que esta es una de las causas del alto número de embarazos adolescentes. 

    “La champeta antes de ser un género musical es una cultura”, enfatiza Rafael Escallón y agrega que ancestralmente ha sido utilizada como terapia y reparación de todas las discriminaciones raciales.

    De acuerdo con la investigación de Escallón, la champeta es la historia de la resistencia y la resiliencia de comunidades sometidas y excluidas. 

    “La champeta está formada de ritmos ancestrales como el mapalé, la cumbia, los sones palenqueros, pero con influencias internacionales afro del soukus, soca, reggae, entre otras”, explica Escallón. 

    La Organización de las Naciones Unidas a través del PNUD destacó la champeta como una práctica patrimonial de inclusión social para la población afrodescendiente del mundo.