Villa de Leyva, legado colonial y prehistórico detenido en el tiempo

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    A cuatro horas de recorrido desde Bogotá –hacia el norte–, se erige una de las poblaciones más bonitas y antiguas de Colombia: Villa de Leyva, antiguo lugar de recreo de los virreyes españoles. Es patrimonio arquitectónico e histórico y mantiene el estilo colonial de sus orígenes, de calles empedradas y casas solariegas con techos de tejas de tiesto. Fue fundada 1572 y su plaza central, con 14 mil metros cuadrados, es la más grande del país.

    Este pintoresco pueblo es uno de los preferidos por los turistas extranjeros, principalmente de los europeos. Muchos de ellos han decidido quedarse a vivir no solo por su historia y arquitectura sino por la tranquilidad que se respira y su clima templado, similar al del Mediterráneo.

    En Villa de Leyva vivieron los próceres de la Independencia Antonio Nariño y Antonio Ricaurte; el explorador, militar y sacerdote español Juan de Castellanos, de quienes hay varios museos. Además, vivió el combativo escritor colombiano José Vargas Vila.

    El primer Congreso de Colombia se estableció en este pueblo, en 1812. También hay lugares interesantes como el observatorio astronómico y parques temáticos como la granja de avestruces.

    Hace millones de años, este mágico lugar era un valle cubierto por mar, razón por la cual hoy día es un rico y gigantesco yacimiento paleontológico. Algunos museos exhíben grandes fósiles de seres marinos prehistóricos, fósiles de algunas de las especies más antiguas del mundo.