Los venezolanos celebrarán las Navidades y Año Nuevo sin abrazo en familia, a distancia y con tapabocas por el temor a contagiarse de COVID-19 o ante la imposibilidad de satisfacer ciertos gustos, como viajar a otros estados. Así que la crisis económica, a la que se sumó la escasez de gasolina, y la pandemia los han hecho cambiar las tradiciones en las festividades decembrinas.
En HispanoPost salimos a la calle, una vez más, a preguntarle a la gente cómo celebrarán el 24 y 31 de diciembre, y las respuestas que más se repitieron, fueron aquellas en las que los consultados indicaban que dejarían de lado la costumbre de invitar a nuevos comensales, recibir visitas o abrazarse con frecuencia durante una reunión familiar.
Marvin confesó que reducirá las visitas y mantendrá las normas de bioseguridad. Celebrará en familia y un grupo reducido, pues. Un grupo de hermanos nos vamos a reunir en casa de una hermana mayor. Un grupo de tres o cuatro miembros de la familia para el 24 e igual para el 31.
Julio dijo que este año su familia celebrará a puertas cerradas: «Nada más en familia. Los de mi familia, el grupo familiar mío y más nada, sin más allegados, ni más familiares exteriores, pues, que vengan a visitarnos ni nada de eso. Sí, vamos a hacerlo a puertas cerradas, siempre para mantener la seguridad de todo el año que hemos mantenido. Se hace en casa, para mantener las instrucciones. Es un virus que no habíamos vivido, una pandemia en la que no habíamos estado y hay que seguirlas instrucciones».
Los Gómez son una familia numerosa, un matrimonio donde cada integrante tiene cuatro hermanos, que a su vez tienen de dos o tres hijos cada uno. Cada año tienen la tradición de reunirse en casa de Víctor, el mayor de los hermanos, y la generación joven de la familia suele convocar a sus amigos y respectivas parejas. Este año no será así.
Víctor aseguró que «la masa no está pa´bollo. Yo amo a mis hermanos, mis cuñados y a mis sobrinos. La pasamos en casa todos los años, pero la verdad es que ya la mayoría de los adultos somos población de riesgo. Por un rato de disfrute capaz no matriculamos para el año que viene».
Dijo que en conversación con su esposa y sus dos hijos decidieron, por este 2020, cerrar las puertas de su hogar y celebrar las fechas decembrinas «encapillados. Capaz los muchachos salgan a verse con sus novias, pero mi mujer y yo nos quedamos en casa, lo más seguro es que mis hermanos y cuñados hagan lo mismo. Si los muchachos se quieren reunir que busquen otro sitio, porque lamentándolo mucho este año no podemos poner a la orden nuestra casa por prevención».
También pasar las fechas durmiendo es una opción, tal como lo dijo Regui: «Este año pienso celebrarlo en mi cama, durmiendo. Tranquilamente, no me contraigo de la pandemia del COVID. Y, segundo, la paso tranquilo en mi casa».
Afirmó que la situación económica por la que atraviesa Venezuela dificulta aún más que se mantengan las tradiciones festivas. «No creo que haya una situación económica para estar celebrando. Sí creemos en la pandemia y hay que tener unas medidas de bioseguridad, pero el 90% de la población venezolana no creo que vaya a celebrar unas navidades felices como dicen los demás. Se intenta, pero todo dolarizado y todavía la gente cobrando en bolívares, ese es el gran detalle que hay».
Sin embargo, aún hay quienes tienen fe en que si se respetan las medidas de bioseguridad, como Henry que confía en el uso de tapabocas, al menos ese abrazo en familia tan anhelado sea posible entre los más allegados: «Yo quisiera que no solamente mi familia, sino que el país tomara conciencia de lo que es el sistema de seguridad del virus que nos está afectando a todos.
«Estamos acostumbrados a darnos un abrazo para sentir ese día la fraternidad familiar de que llegó un nuevo año y se va otro, ahí va a ser un poco difícil que se respete. Mi llamado es a la gente que trate por lo menos, si es posible, utilizar el tapabocas, para tener una prevención para la salud de la familia. Ya que este virus nos está estresando a todos en nuestro país».
Henry aseveró que los venezolanos están pasando por «un momento muy triste, muchos jóvenes fuera del país. La verdad, es que un abrazo sería como ese apoyo, no darlo es como no ser leal a lo que sentimos humanamente», indicó.
