Aparte de los señalamientos de ser antidemocrática e ilegal, la Ley Antibloqueo, aprobada el 8 de octubre por la Asamblea Nacional Constituyente, no representa una vía de solución a la profunda crisis de la industria petrolera, aseguraron operadores y observadores del mercado energético que solicitaron mantener su nombre en reserva.
Una de las fuentes aseguró que «aún con socios a Pdvsa, le tomará 10 años alcanzar la producción de un millón de barriles diarios y eso es, haciendo bien las cosas».
Destacó que en el área de refinación la recuperación es más difícil y tomará más tiempo, debido a las deplorables condiciones de las cuatro refinerías de Petróleo de Venezuela, de las cuales operan de forma intermitente el complejo refinador Paraguaná y la refinería El Palito, ubicadas en los estados Falcón y Carabobo, respectivamente.
De hecho, el último reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ubicó el bombeo de crudo de Venezuela en 380.000 barriles al día.
«Con esa Ley, la administración de Nicolás Maduro persigue blanquear recursos financieros negros de cuentas en el país y en el exterior, y que todavía no han podido detectar las autoridades internacionales», manifestó uno de los consultados.
Según las fuentes, el régimen necesita mover sus recursos a través de asociaciones con petroleras de países amigos como China, Rusia, Turquía, India y Cuba.
Sin embargo, advirtieron que esas empresas están lejos de tener la experiencia, experticia y tecnología de otras más prestigiosas como ExxonMobil, Shell o BP.
Estas últimas firmas, aseguraron los consultados, no desean hacer negocios con Maduro por la inseguridad jurídica y política, además de las sanciones de Estados Unidos contra personeros del chavismo.
«De todas maneras, la recuperación de la industria petrolera venezolana no será a corto plazo, debido al estado de deterioro que presentan las instalaciones de Petróleos de Venezuela, Pdvsa», advirtió uno experto.
Agregó que muchas puertas del mercado petrolero internacional se le han cerrado a Venezuela, lo cual obliga al régimen a utilizar lo que haya (capitales negros) como hizo Rusia a raíz de la caída de la Unión Soviética, que recurrió a la ayuda financiera de traficantes de armas para aumentar significativamente su producción petrolera en cinco años.
Difícil recuperación
Volviendo al marco de las condiciones ofrecidas por la Ley Antibloqueo a socios de países amigos, las fuentes indicaron que primero habrá que realizar un diagnóstico de cómo se encuentran las instalaciones.
No obstante, los expertos insistieron que la tarea de recuperar las actividades no es fácil a la luz de experiencias fallidas de asociación desde 2018. Mencionaron la cesión de las refinerías de Amuay y Cardón a las petroleras CNPC y Rosneft de China y Rusia, respectivamente, y los 14 contratos operativos para reactivar campos petroleros y llevar así la producción petrolera venezolana a un millón de barriles por día en un año.
Los consultados precisaron que hay una serie de materias pendientes del chavismo con China y Rusia, como la deuda de 30 millardos y 3 millardos de dólares que ambos países presionan para que les paguen.
Respecto a los otros socios actuales -Repsol de España y ENI de Italia- los expertos señalaron que ellos estarían cerrando sus asuntos en Venezuela para irse del país a inicios de 2021.
«Por las sanciones estadounidenses, Rosneft opera en Venezuela a través de terceros y CNPC llevo sus actividades al mínimo. A Turquía, India y Cuba solo los mueve el interés de obtener ganancias económicas rápidamente», advirtió un consultado.
Las fuentes advirtieron que esos negocios petroleros que impulsa la Ley Antibloqueo no mejorarán la economía venezolana y la población seguirá empobreciéndose cada vez más.
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