El sector empresarial, afectado por las políticas erradas en materia económica, y los fuertes controles de precios desde la llegada de Hugo Chávez al poder, debe afrontar actualmente las sanciones impuestas por Estados Unidos como una nueva traba para su actividad productiva.
Efectivamente eso es una realidad, la banca internacional está cuestionando mucho las transacciones de venezolanos y las compañías del país por todo el tema de lavado de dinero que comenzó con el gobierno y las personas vinculadas al gobierno, dijo a HispanoPost el presidente saliente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga.
Agregó que el mundo regulatorio de la banca internacional está requiriendo mucha más precisión en la información: Los bancos cuestionan más las operaciones, tienes que mandar documentación de la compañía con una explicación de por qué y para qué requieres hacer esa transacción. Tienes que informar quién es el receptor y cuál es tu relación con él. Todo eso que antes era automático y duraba dos o tres días, pasa a durar tres o cuatro semanas.
Olalquiaga explicó que las sanciones le agregan a este proceso porque pone a los bancos en una posición más delicada. Añadió que transar o intermediar una operación vinculada con el gobierno les podría traer sanciones a las entidades internacionales.
Sin embargo, para el representante del sector industrial, las sanciones no son un factor determinante en la actividad empresarial. En un orden de prioridades de las limitaciones para operar, las sanciones estarían entre el número ocho o diez. Aseguró que la falta de mercado por pérdida del poder adquisitivo, la obtención de materia prima, los problemas de financiamiento bancario en Venezuela, los inconvenientes laborales con el Ministerio del Trabajo y la inseguridad en las carreteras, son dificultades con mucho más peso para el sector productivo.
El recién electo nuevo presidente de Conindustria, Adán Celis Michelena, subrayó: Desde antes de las sanciones ya nuestros industriales tenían dificultades, por cuánto no había garantías de que, al adquirir a través de líneas de crédito las divisas necesarias para producir, habría capacidad de pago. Muchas de las obligaciones que fueron adquiridas por empresas venezolanas a proveedores extranjeros no fueron honradas por el gobierno.
Conindustria calcula que hasta la fecha hay más de 10 mil millones de dólares en compromisos de empresas con proveedores extranjeros que el gobierno nunca cancelo. Esto destruyó el excelente crédito que teníamos los empresarios venezolanos en el extranjero, añadió Celis.
El presidente de la Cámara Petrolera del estado Zulia, César Parra, dijo que no hay forma de que tengan acceso a cualquier instrumento de instituciones financieras internacionales por las sanciones.
Al ser empresas que prestamos servicios al sector petrolero, las sanciones son claras y pueden afectar a los bancos norteamericanos que acepten las operaciones, añadió.
Parra informó que la Cámara Petrolera solicitó al Departamento de Estado de Estados Unidos el criterio de reciprocidad: Así como le ha dado licencias a empresas norteamericanas para operar y poder tener libertad técnica y administrativa, que también nos las otorgue a empresas afiliadas a la cámara petrolera y no hay respuesta.
Reveló que el mayor problema que tienen es para recibir pagos en dólares de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y de cualquier empresa mixta. ¿Si no tenemos cómo cobrar cómo trabajamos? el sistema financiero norteamericano y europeo están cerrados a cualquier opción, lamentó.