Rumelia Ojeda se dedica a la barbería como fuente de trabajo, vive en Petare junto a su hijo de 14 años de edad. La mujer, como gran parte de los venezolanos, vive del día a día, por lo que la cuarentena implementada desde el pasado 15 de marzo, en un intento por frenar la propagación del coronavirus, llegó para ser una nueva preocupación.
En declaraciones para HispanoPost, Ojeda aseguró que ella es la encargada de llevar el alimento a su mesa y que ante la suspensión de todas las actividades esta se volvió una tarea titánica.
Ante estas medidas, Nicolás Maduro anunció que sería el Estado el encargado de garantizar el alimento a los ciudadanos. Sin embargo, ella, como muchos otros, espera aún la llegada de los alimentos que se distribuyen a través de los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
«Estoy muy preocupada ya que se me está acabando la comida y no tengo dinero para comprar y el CLAP no llega desde hace dos meses», expresó.
Esta mujer de 32 años, quién en sus tiempos libres también vendía dulces criollos para ampliar los ingresos, mencionó haber gastado ya sus pocos ahorros.
«No he podido comprar nada porque no estoy teniendo ingresos, solo me queda esperar a que todo esto pase», afirmó.
En medio de la pandemia, Ojeda manifestó que espera que «las autoridades tomen las medidas necesarias para surtir las casas de alimentos».
Aseguró que seguirá pasando la cuarentena en su pequeño hogar de apenas dos habitaciones, «confiando en Dios que nos ayude a salir de todo esto».
«Me tocara esperar porque tampoco quisiera contagiarme ya que ese virus es muy agresivo y doloroso», sentenció.