La ministra del Interior de Ecuador, María Paula Romo, informó que cerca de 200 personas fueron detenidas durante la jornada de protestas convocada por distintos actores sociales, en respuesta a la decisión del presidente Lenín Moreno de liberar el precio del combustible, además de otras medidas que se adoptaron para acceder a un crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Romo sostuvo que las fuerzas de seguridad arrestaron a 195 sospechosos, de los que 150 fueron detenidos en Guayaquil, «en su mayoría asociados al robo y vandalismo». La autoridad aseguró que «en este tipo de actos no está en discusión el subsidio (a los combustibles) o la reforma laboral», pues subrayó que se trató de hechos «plenamente delictivos».
Los enfrentamientos se repitieron en distintas ciudades de Ecuador, especialmente en Quito y Guayaquil, luego de que el presidente Moreno declarara el «estado de excepción» para controlar las manifestaciones. El centro histórico de la capital ecuatoriana se convirtió en un campo de batalla, donde los manifestantes lanzaron piedras a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos.