Desde el inicio de la cuarentena, en el mes de marzo, el ingreso de reactivos para la realización de exámenes de laboratorio en el país disminuyó, lo que afecta la realización distintos tipos de pruebas. Además, según la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, los insumos que llegan no tienen la calidad adecuada.
Los cierres de las fronteras por la pandemia han limitado que ingresen las pruebas diagnósticas, reactivos e insumos para los laboratorios. No solo llegan menos, muchos de los que entran no cumplen con la calidad ni la certificación adecuada. Cuando los laboratorios validan si lo indicado es cierto, se dan cuenta que estos reactivos no tienen la calidad que se especifica, dijo a HispanoPost la presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela, Judith León.
Explicó que todos los materiales usados en los laboratorios, además de los reactivos, son importados. Para 2014, 90% provenía de otros países como Estados Unidos o Europa, y el 10% restante lo producían empresas en Venezuela, las cuales, aunque en la actualidad continúan con su fabricación, tienen dificultades con los insumos para realizarlos porque también vienen de otras naciones.
Antes de que llegara la epidemia de COVID-19 a Venezuela, los laboratorios públicos tenían una falla crítica para dar respuestas a las solicitudes de los médicos que querían conocer los estados de salud de las personas que acudían a los centros asistenciales. Para entonces, 100% de estos laboratorios estaban inoperativos porque no daban respuestas a los análisis que debían hacerse los pacientes. Con la epidemia, la situación se complicó más. Tan pronto se conoció la lista de hospitales centinelas hicimos seguimientos a los laboratorios de esos espacios y no tenían las dotaciones de insumos y materiales que requieren los pacientes para hospitalización, seguimientos, ni controles de esta enfermedad, dijo.
Añadió que en algunos hospitales con Unidad de Cuidados Intensivos se lograron colocar gases arteriales y electrolitos para evaluar la evolución de la enfermedad. Tenemos fallas profundas en los centros públicos que denominaron centinelas, aunque en la actualidad prácticamente todas las unidades de salud son centinelas y no cuentan con las condiciones adecuadas.
León enfatizó que lo que hay en centros públicos es redireccionado de los laboratorios de emergencia, de estos, 16% a nivel nacional pudieran estar haciendo hematología, algunas pruebas de glicemia, urea y creatinina, pero antes de la llegada de la COVID-19 no existía uno que hiciera todas las pruebas esenciales.
Un ejemplo es el laboratorio del Instituto Oncológico Dr. Luis Razetti, que, según su reporte de agosto, faltan muchos reactivos, y los exámenes que se realizan son hematologías y algo de química, según se detalló en el informe.
La bioanalista explicó que, ante esa realidad, el paciente tiene que ir a las unidades privadas a cubrir las pruebas que no se puede realizar en estas instituciones. Hasta podemos decir que el ciudadano de a pie no se ha dado cuenta de la escasez de reactivos en cuarentena, porque antes de la pandemia ya estaba acostumbrado a buscar cómo cubrir las necesidades de los hospitales.
Sin embargo, algunos venezolanos han reportado que en laboratorios privados escasean reactivos para pruebas especiales. En las clínicas hay reactivos y a lo mejor existen algunas pruebas especiales que antes estaban a disposición, pero ahora no se tienen a la mano por problemas de costos, dotación, ingreso de algunos reactivos y de equipos para mantener los que están en uso. No obstante, estos laboratorios tienen cerca de 98% para tratar cualquier enfermedad, incluyendo la COVID-19, indicó la especialista.
El problema en el ingreso de los insumos para realizar pruebas de laboratorio no se queda en zonas terrestres fronterizas ni en el espacio aéreo. El director de la organización Amigos Trasplantados de Venezuela, Reymer Villamizar, señaló que en los meses de cuarentena han llegado pocos reactivos para los pacientes que se someten a diálisis, a pesar de que mayormente estos insumos vienen por barco para los distribuidores. En consecuencia, el valor de las pruebas se ha visto afectado y, en muchos casos, los laboratorios están cobrando en dólares o su equivalente en bolívares.
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