Corte Malandra: los «santos» delincuentes de Venezuela

    0
    984

    Venezuela es un país mayoritariamente católico. Sin embargo, la religión se asume de forma particular y en perfecta correspondencia con la idiosincrasia de su gentilicio: no se riñe con otros cultos, ni siquiera con los considerados paganos por la Iglesia. De esa manera, quienes se consideran católicos, apostólicos y romanos, no ven problema en participar de ritos donde se realizan ofrendas, se bebe alcohol, se fuma tabaco o incluso se realizan sacrificios de animales.

    Algunos venezolanos rezan y pagan promesas a los espíritus de la Corte Calé, mejor conocida como Corte Malandra, un grupo de ánimas que según la tradición popular, está conformado por delincuentes que murieron en hechos de violencia, principalmente en enfrentamientos con la policía. No obstante, de acuerdo a lo que explican algunos espiritistas, ayudan a quienes les piden con fe y mantienen alejados a los jóvenes del camino de la criminalidad, para así enmendar los errores que ellos mismos cometieron en vida.

    El primer espíritu de este culto habría sido el de Ismael Sánchez o “el malandro Ismael”, quien habitó en el barrio El Guarataro del oeste caraqueño y según se dice repartía su botín entre los pobres. A él se le unieron otros malhechores de zonas marginales de Caracas, con historias similares: distribuían entre los más necesitados el producto de sus fechorías.

    La Corte Malandra es amplia y está en el escaño más bajo del séquito de la Reina María Lionza. Las peticiones para Ismael, Ratón, Petróleo Crudo, Tomasito, Freddy, Jhonny, Maritza, Yajaira o la chama Isabel son muchas y variadas: mayor prosperidad, apoyo en los estudios o ayuda para conseguir un empleo. Los favores se les pagan con cigarrillos, cervezas, anís, aguardiente y ron. Incumplir una promesa podría saldarse con la vida.

    Es conocido que los delincuentes también acuden a ellos. Les piden que los secuestros les salgan bien, que los robos a bancos sean provechosos, que la policía no los mate o capture y que si llegan a aprehenderlos, los cuiden en la cárcel.