El mundo del béisbol,
y el deporte en general está lleno de supersticiones, cábalas y hasta creencias
religiosas, que para jugadores tienen una influencia determinante en el resultado
de sus desafíos.
En las Grandes
Ligas, peloteros y equipos han protagonizado cualquier cantidad de rituales que
van más allá de la preparación física para el deporte profesional.
Entre 2006 y
2008, un obrero fanático de los Medias Rojas de Boston, que trabajaba en la
construcción del Nuevo Yankee Stadium, enterró una camiseta del Big Papi David
Ortiz para sembrar una maldición al acérrimo rival de los mulos.
El histórico
exgrandeliga venezolano, y coach del equipo Leones del Caracas en la actualidad,
Antonio Armas, reconoció que las supersticiones forman parte fundamental en el
día a día dentro del diamante. Por
ejemplo los pitchers, si usan una camisa abajo y ganan, en la próxima salida la
vuelven a utilizar. En mi caso, tanto aquí como en los Estados Unidos, cada vez
que yo entraba y salía al terreno pisaba la tercera base.
Wade Boggs,
miembro del Salón de la Fama despertaba
siempre a la misma hora, su práctica de bateo debía ser a las 5:17 PM en punto
y antes de cada encuentro, comía grandes cantidades de pollo.
Las
extravagancias no quedan de lado. Jesús Guzmán, con experiencia en las mayores
vistiendo el uniforme de los Padres de San Diego, reveló que una camisa puede estar hedionda (con mal
olor) pero si al pelotero le va bien con ella no se la va a quitar hasta que
falle.
El bateador dominicano Moises Alou admitió orinar en
sus manos antes de cada juego para fortalecerlas y
brilló durante 17 temporadas en el denominado mejor beisbol del mundo.
En la
actualidad, el Rey de los deportes
ha evolucionado mucho; la aparición de la tecnología, las repeticiones para
revisar jugadas, y las estadísticas avanzadas como la sabermetría hacen pensar que
cualquier agente externo al trabajo duro para ser el mejor no existe. Sin
embargo, el número en los uniformes, la música y las prendas, siguen teniendo
un papel estelar en la vida de los beisbolistas desde el más alto nivel.