Abastecer sus hogares de alimentos en medio de la pandemia es el pensamiento más recurrente entre los venezolanos, pero ¿dónde quedan las medidas que se deben poner en práctica al salir a las calles? Cuando compran comida, algunos olvidan las recomendaciones, sobre todo la distancia social, de la Organización Mundial de la Salud para prevenir el contagio por el COVID-19.
El jueves 1º de abril, a las 7:30 de la mañana, personas ya hacían cola para ingresar a un supermercado ubicado en La Trinidad, al sureste de Caracas, que según había anunciado la semana pasada cambió su horario para atender a los clientes a partir de las 7:00 am.
Mientras esperaban, procuraban mantener la distancia social. Todo muy ordenado hasta que el establecimiento abrió sus puertas cerca de las 8:00 de la mañana: la mayoría corrió hacia los carritos de mercado y allí se amontonaron. Olvidaron por completo conservar la distancia.
Adentro, en la charcutería, algunos consumidores prácticamente se montaban sobre los demás para ver los precios de los productos que estaban en la nevera, otros se bajaban el tapabocas cuando hacían su pedido.
Dame 500 gramos de jamón, dijo un hombre que se había colocado la mascarilla por debajo de la barbilla. Luego se la subió. Al resto de las personas parecía poco importarle que lo hiciera.
Solo una mujer expresó su molestia: No soporto, en este momento, que se me monten encima. Se alejó de los demás y dejó su carrito frente al mostrador para guardar su puesto en la cola de la charcutería.
En el área de frutas y vegetales, ocurría algo similar. Había llegado naranjas frescas y tomates y la gente se rozaba mientras las escogía para colocarlas en sus bolsas. Vamos a salir rápido de aquí, le dijo una mujer a su hijo, preocupada por la cantidad de personas.
Dentro de las medidas anunciadas por la administración de Nicolás Maduro a propósito del coronavirus están el uso de tapabocas en todos los espacios públicos, guantes en los medios de transporte y quedarse en casa para prevenir la expansión del coronavirus COVID-19.
Lo cierto es que mercados populares se abarrotan de personas a diario y por donde se observe hay tapabocas y unos que otros guantes. Sin embargo, la distancia social queda en el olvido.
Las personas se aglomeran para comprar sin tener en cuenta las complicaciones por la epidemia. Otro ejemplo de ello se ve en Petare, al este de Caracas, donde antes de caer la tarde las compras parecen un festín.
Puestos de comida a lo largo de la calle es el panorama de La Libertad en Petare, donde la cantidad de ciudadanos comprando se hace incontable, la única manera de guardar distancia social en ese lugar es no yendo.
Las personas se detienen solo para dejar pasar a los vehículos que han dejado mercancía o que simplemente transitan por ahí, pero siguen todos uno detrás de otro.
El distanciamiento social poco se practica también en Los Teques, en el estado Miranda. Frente a los establecimientos donde se venden alimentos las personas hacen cola muy cerca unos de otros.