La cuarentena por el coronavirus y la escasez de combustible han ocasionado retrasos en la entrega de las cajas y bolsas CLAP (Comité Locales de Abastecimiento y producción) en las zonas de Caracas donde los residentes la reciben con regularidad mensual, señalaron miembros de concejos comunales y vecinos que pidieron no mencionar sus nombres.
«Hay problemas con la distribución en los centros de acopio, porque el personal no ha ido por la cuarentena o porque viven lejos y no pueden llegar por la falta de transporte», señaló una integrante de un concejo comunal.
Otro dirigente comunal explicó que los camiones particulares que transportan los alimentos subsidiados tienen problemas para llenar el tanque de combustible. «Los vecinos están inquietos porque muchos esperan la caja para tener comida en sus casas y poder pasar el resto de la cuarentena», dijo.
Un residente de un edificio en la avenida Fuerzas Armadas contó que allí les llegan los alimentos mensualmente, pero esta vez ya llevan dos semanas de atraso pese a que pagaron el importe por la caja en febrero.
Habitantes de parroquias de la zona norte de Caracas como Candelaria, San José y Alta Gracia también manifestaron que no les ha llegado la caja CLAP y en Antímano y Catia la situación es similar. Sin embargo, un habitante expresó: «Lo del coronavirus es una excusa, en mi sector la bolsa llega cada tres meses».
El Estado Mayor de Alimentación hizo circular por los chats de usuarios de los CLAP un protocolo para la entrega de los alimentos en el marco de la emergencia sanitaria, en el que instruyen a los jefes de calle y beneficiarios a entregar y recibir la bolsa o caja con tapaboca y guantes.
En la cola para la entrega la gente debe guardar una distancia de un metro sin contacto social. Asimismo, se insta a los responsables de la entrega a abstenerse de trabajar si presentan síntomas de gripe o tos y que deleguen la responsabilidad a otro integrante comunal que esté sano.
El protocolo también indica que los beneficiarios no pondrán su firma en la lista de recibido, sino que el responsable pondrá en su lugar una tilde. Al llegar a casa y sin quitarse la mascarilla y los guantes, los alimentos serán sacados de la caja y sus empaques limpiados con un paño con agua y jabón o alcohol antes de ponerlos en la despensa.
«Mucho protocolo del CLAP, pero la caja no llega y se me está agotando la comida. Tampoco hay suficiente plata para comprarla en el abasto», narró preocupado un vecino en San José.